SERIE LAMENTI DIVINI

Parole di Gesú a suoi sacerdorti

Traducción: María Dolores Briceño

 

La Virgen Madre - Habla San José - Reina de los Ángeles

Cuarta Parte

 

  

 

LAMENTOS DIVINOS 

 

VI

 LA VIRGEN MADRE


 
  
 
 "Bienaventurados los puros de corazón", dije un día en la tierra. Pero el mundo, mi enemigo, no quiere saber nada: se revuelca en el fango y se lanza contra todo lo que se refiere a la pureza. Mentes malsanas, hoy más que en otros tiempos, han tomado como blanco la pureza virginal de mi Madre, poniéndola al nivel de otras mujeres.


¡Qué insulto para la Reina del Cielo y ¡qué dolor me causa!


   También mi Padre Adoptivo, el castísimo José, es tocado por esta diabólica honda de fango.
Mi Madre fue purísima antes del parto. El Profeta Isaías profetizó, siglos atrás, que Yo nacería de una Virgen. Fue purísima después del parto y lo testimonia la Tradición auténtica de la Iglesia, confirmada por la sana Cristiandad, por los Concilios y por el Magisterio de los Papas.

   Lo testimonia también y especialmente la respuesta dada a Gabriel que le anunció su maternidad: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?". Lo que significa que no pensaba conocerlo, porque si hubiera querido vivir la vida común de otras mujeres no le habría dado al Ángel aquella respuesta, sino que habría dicho sin duda: "Acepto ser madre".

   Mi Madre fue purísima, Terreno elegido y preparado para hacer que Yo nazca, Lirio de los valles. Me daba la leche, Hombre-Dios; estaba ininterrumpidamente en intimidad con el Rey de la Gloria y sus pensamientos siempre estaban dirigidos al Cielo y no a la tierra.

   Los Ángeles aleteaban sobre la casa de Nazaret, adorándome y bendiciendo a la Madre de un Dios hecho Hombre, decisión de la Santísima Trinidad para ser la Reina de las vírgenes y la Virgen por excelencia.


   Si en el mundo tengo una armada de almas vírgenes, que se han unido a Mí, con voto, almas que aún con las consecuencias del pecado original son Ángeles de carne, ¿por qué dudar de la perenne virginidad de mi Madre que fue dispensada de la culpa original, obra de arte de la Omnipotencia de Dios, enriquecida por un océano de Gracia, Criatura excelentísima que eclipsa las virtudes de las almas elegidas.
Faro luminoso de la humanidad, esplendorosa más que el sol en el firmamento.



 

VII

 SAN JOSÉ HABLA DE SU ESPOSA

 
   "Desato mi lengua
para defender la pureza virginal de María, la Esposa que Dios me ha dado". "Fui escogido para ser un apoyo para Jesús y María; pero yo, hasta que ocupé dicho puesto que Dios me dio, sentía una humillación continua e íntima al estar junto a Jesús, Hijo de Dios hecho Hombre, y a María, espejo de pureza y de candor, tanto que cuando la miraba estaba como obligado a bajar la mirada, sintiéndome indigno de estar junto a ellos.

   La custodiaba celosamente, como se puede custodiar una perla preciosa y delicada, de gran valor".

   "Fui escogido por Dios y en vista de dicha decisión fui inspirado desde joven para mantener mi pureza virginal castísima, hasta mi último aliento. Este fue un misterio que revelé solo a mi Esposa elegida, María".

   "No sentí ningún temor, por mi virginidad, al ver que yo había sido escogido como su Esposo, porque sólo con acercarme a ella, el perfume interior que emanaba de su pureza me inundaba el alma de una alegría casta".

   "Nos comprendimos plenamente sin intercambiar ninguna palabra, porque el misterio sublime que nos unía de manera celestial no nos hacía sentir la necesidad de exteriorizarlo, sino de callarlo".


   "Son mentirosas e infernales aquellas lenguas de aquellos que quieren obscurecer a mi dulce y casta Esposa María, la Madre de un Dios, Tabernáculo vivo del Divino Nazareno".

   "A una planta delicada se la cuida de todo lo que le puede hacer daño y se la cultiva con una atención particular. Imaginad por lo tanto con cuales cuidados la llenaba a la castísima María para que nadie la molestara".
"Su vida en la casa de Nazaret fue obra del Amor divino; a los ojos de los hombres fue un secreto tan profundo que nadie ha podido imaginar nunca. ¡Eh aquí la casa de Nazaret, rodeada por el escondimiento,
por la más profunda humildad, por la más completa pobreza! ¡Pero aún estando alejada de todo, aquella casa poseía todo... poseía a Dios!"

  "¡Mundo que te agitas, en vez de lanzar tus flechas contra la Virgen, mi Esposa, imita las virtudes y el candor! ¡Aprende a amarla, venerarla y no a destruirla más! ¡Agradece al Eterno Dios que te ha dado una Madre tan santa para salvarte!".

 

VIII

 REINA DE LOS ÁNGELES


 
    El mundo, al servicio de Satanás, ciego espiritualmente,
no ve la luz de la pureza angélica de mi Madre. Pero no es solamente el mundo corrompido que descalifica a la Virgen Madre. Existen otros, que se dicen mis discípulos y desgraciadamente también son los sacerdotes, que discuten y ponen en duda la perpetua virginidad de mi Madre.


   ¿Cómo pueden llegar, ciertos consagrados, a un tal grado de ceguera? ¡Aquellos, que son sordos a mi voz y a la de mi Vicario, escuchan la voz de Satanás, para cuyo servicio trabajan!


¿Pero saben quién es Satanás y lo que está haciendo en esta hora gravísima?


   La Humanidad va a la deriva, pero mi Madre puede salvarla, ya que estamos en la hora de María, así lo quiere la Divina Providencia. El castigo colectivo desde hace tiempos se habría desencadenado sobre la tierra
si esta Madre misericordiosa no hubiese detenido mi mano.


   Satanás es quien ha empezado la batalla contra mi Madre, con la esperanza de capturar a muchas víctimas. Y esto porque el príncipe de las tinieblas sabe quién es la Virgen Madre
y cual es el poder que Ella tiene en el Cielo.


¡Que los servidores de Satanás y todos mis sacerdotes escuchen!


   En la novena de preparación a la fiesta de la Inmaculada de 1968, Yo, Amo del Universo, permití que una víctima extraordinaria, escogida por Mí personalmente, reciba un ataque diabólico. La víctima se encontró delante de una armada de demonios; también estaba Satanás,
que habló así:


   "¡Que se ataque a los consagrados!
A causa de sus caídas, cuántas almas vienen a nuestras manos, porque el escándalo aleja también la Fe. Los consagrados que dan escándalo hacen que se dude también de la existencia de Dios. Y esto es hacia lo cual debemos tender: al alejamiento de Dios.

    Se acerca la solemnidad de aquella Mujer (la Inmaculada) que nos tiene sometidos a todos. ¡Nosotros debemos sufrir la infelicidad eterna, el infierno, mientras en el mundo tantos y tantos llegan a salvarse a pesar de las numerosas rebeliones contra su Dios!...

   En ese entonces no existía aquella Mujer, que se llama María, de otra forma a nosotros no nos habría tocado dicha desventura. Las almas que se salvan, se salvan por intercesión de Ella a la cual odiamos y maldecimos..."

   "Nosotros Ángeles, por un solo pecado fuimos precipitados en el abismo; y por esto nuestra rabia crece cada vez más: ¡por la injusticia de este Dios!... Si aquella Mujer hubiera existido desde el principio de la Creación..

               ¡¡¡¡nosotros no habríamos tenido dicha condena!!!


   Y mientras aquella alma víctima escribía las palabras de Satanás - ya que Yo quería que escribiese - Satanás lleno de ira exclamó:

 "¿Por qué pones mis palabras en el papel?... ¡Basta! ¡Basta!... ¡No escribas, maldita!"


   Reflexionad, oh sacerdotes míos, sobre lo que ha quedado escrito de esta experiencia: Si aquella Mujer que es mi Madre hubiera existido antes que algunos Ángeles se rebelaran al Creador,
¡gracias a su poderosísima intercesión habrían obtenido misericordia!


   ¿Quién es esta Mujer, ante la cual el Infierno tiembla?

   Es aquella Virgen Purísima que hoy el mundo quisiera enfangar.


   ¿Qué relación existe entre Mí y esta purísima Mujer?

   Yo vine al mundo por medio de Ella; fui alimentado por medio de Ella, con su leche virginal. Por toda la vida, hasta los treinta años, fui cuidado por Ella. María Virgen fue el precioso instrumento de la Redención del género humano. Yo vivo de su sangre y de su carne virginal en la Hostia Consagrada y cuando las almas me reciben no estoy solo, porque estoy incorporado en la vida de mi Madre. ¡Este es el gran poema místico vivo en mi Iglesia! Sin mi Madre no podía ser Jesús en la tierra; todo se debe a esta purísima Reina Inmaculada.


   Si un hijo afectuoso rodea de reconocimiento amoroso a su madre terrenal, y hace esto con un corazón limitado, mucho más Yo, que debo hacer que mi Madre se vea honrada, amada, glorificada y consolada, Arca de la salvación, Canal de Gracia, Corredentora del género humano!
¡La Santísima Trinidad le ha dado todas las Gracias que le pueden ser dadas a una criatura!


 
 El misterio de mi vivir en las almas se cumple siempre por medio de mi Madre purísima.


   ¡Cuán estupenda y luminosa es la figura de esta Virgen, Trono y Tabernáculo del Dios Vivo! No existe ningún idioma humano o angélico, que pueda expresar las alabanzas.


Quien me ama,
ama también a mi Madre.

Y quien ama a mi Madre, me ama también y tendrá vida segura.


   María me trajo al mundo y es por medio de Ella que llego a las almas. Es María que me conduce y prepara los corazones para hacer mi morada. ¡Mi Madre es demasiado grande!

¡Ay de los infelices que se atreven a proyectar una sombra sobre la pureza virginal de Aquella que tiene en la mano el cetro de Reina de los Ángeles


¡Oh sacerdotes que me escucháis, reparad y haced reparar el honor ofendido de mi Madre que también es vuestra.

Que se celebren Misas en honor de la Virgen, para que sean reparadas las ofensas contra su pureza virginal.

Que se organicen cruzadas de Comuniones reparadoras, y que se hagan especialmente el día Sábado.

 

Que se difunda esta invocación:

 

"¡Por tu virginal candor, oh María, salva a todas las almas que ofenden tu perpetua pureza y tu Corazón de Madre!".
 


 

  SERIE LAMENTI DIVINI

Primera Parte:  Introducción - Escuchad

Segunda Parte: Abrid los ojos - Preaviso

Tercera Parte: Prisionero... Solitario - El Crucifijo ¿devoción pasada?

Cuarta Parte: La Virgen Madre - Habla San José - Reina de los Ángeles (usted está aquí)

Quinta Parte: Saber negarse a sí mismo - Dios es Justo

Sexta Parte: La mano a quien ha caído - La comodidad es superficial

     Séptima Parte: Busco almas - Verdadera Vida 

Octava Parte: Cristo Rey - Yo olvidaré - Por los sacerdotes difuntos

 

 

 

 

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