TESTIMONIO Nº 3 (DE REGRESO A PEÑABLANCA)

SERIE TESTIMONIOS

Nº 3:

LA VERDAD DE LAS APARICIONES

Conocí Peñablanca durante el período de las apariciones de la Santísima Virgen María. Viajé varias veces con los buses de los peregrinos de La Serena y Coquimbo.
Todos estábamos profundamente convencidos de la presencia de la Santísima Virgen. Había un ambiente de gran fervor, muchos signos sobrenaturales como fenómenos en el sol, los rayos en la noche, sanaciones en cuerpo y alma, conversiones, los mensajes impactantes de la Virgen, el canto del Ave María en diferentes idiomas, por ejemplo en perfecto latín; muchas cosas que superaban completamente las capacidades de un joven tan ignorante y algo tosco, como era Miguel Ángel Poblete.

De muy cerca podía observar la Comunión de una manera misteriosa traída por el Ángel de un Santuario de la tierra, los estigmas de la corona de espinas que aparecían en la cabeza del joven, sangraron y desaparecieron más tarde. La doctora Carla Hieber y el doctor Alan Rojas, dermatólogos de mucha experiencia y gran capacidad, reconocieron que estos estigmas no son explicables científicamente. El Dr. Alan Rojas nos mostró un video donde se veía cómo se abrieron los poros, sangraron y se cerraron las heridas producidas como de espinas.

En una oportunidad, Miguel Ángel se encontró en el atrio de la capilla del cerro de la Virgen. Había una imagen de la Virgen del Carmen con un hermoso escapulario. La Virgen María le pidió a Miguel Ángel que sacara el escapulario de la mano de la imagen y me lo entregara. La emoción me llevó a las lágrimas. Con este tesoro podía asumir con ánimo los trabajos y preocupaciones por el Hogar de Niñas. ¡Gracias Madre por tu bondad y ayuda tan grande, y toda la protección y amor por nosotros en todo el tiempo hasta ahora. Concédenos las gracias necesarias para cumplir siempre mejor la voluntad de Dios y llegar algún día con todas las nuestras a la puerta del Cielo!

Otros hechos que dan testimonio de la verdad de las apariciones de la Santísima Virgen es la cooperación de tantos laicos para realizar lo que deseaba María. Con grandes sacrificios hicieron el jardín con su gruta y el cerco, la capilla, que es una joya, la gran gruta de Lourdes. Estos son también verdaderos milagros, porque no existieron grandes fondos de dinero, pero mucho amor y entrega, confianza y perseverancia, a pesar de todo lo negativo que causó el eterno enemigo de la Virgen Inmaculada.

Con veneración pienso en el Padre Miguel Contardo, que por causa de la fiel cooperación con los asuntos de la Dama Blanca de la Paz, fue excluido de su congregación religiosa. El Padre asumió la enorme responsabilidad, incomprensiones, sufrimientos, trabajos y penas con su santo y humilde amor por la Virgen, cuyo hijo predilecto es.

El Padre Manuel Salinas de Los Vilos, que en paz descanse, asistió con gran fidelidad a las apariciones y con grandes trabajos y sacrificios construyó en Los Vilos un hermoso Santuario en honor de la Virgen de Peñablanca, con capilla, Vía Crucis, pilar con la imagen de María, muy semejante a lo de Peñablanca, y plantó un jardín de flores y árboles en este lugar sagrado.

Muchas otras iniciativas merecen admiración y gratitud. Grupos de fervorosos laicos tienen todo el cerro de la Virgen con gran decoro, hay orden y siempre más adelantos para embellecer el lugar y dar acogida a los muchos peregrinos. Don Álvaro Barros y otras personas muy entregadas que publican libros con relatos y mensajes de las apariciones, se difunde la revista “Misioneros de Dios”, que es el Informativo muy apreciado por tantos devotos de la Virgen en Chile y en el extranjero.

Gracias a Dios y a su Santa Madre, se celebra los primeros sábados de mes, con el permiso del Señor Arzobispo de Valparaíso, la Santa Misa, con un celebrante que es un excelente predicador, el padre Álvaro Bernal, nombrado por su Obispo para este gran servicio a los numerosos peregrinos.
Hay sacerdotes que atienden durante varias horas un gran número de confesiones. Es un inmenso bien espiritual que alienta y consuela, da paz y firmeza en la fe, y sanación a muchas almas afligidas, que el cielo derrama desde este lugar bendecido.

Con todo lo positivo que conocemos, es más fácil quedarse tranquilo por la gran prueba de fe que causó el demonio con el desvío del vidente Miguel Ángel Poblete, y con toda la secuela de calumnias, difamaciones en los medios de comunicación. El pobre joven estaba expuesto a muchas tentaciones de parte de personas no rectas ni leales. Hay que comparar su situación con la de los videntes de Lourdes y Fátima. Bernardita y Lucía encontraron protección y un lugar adecuado para su vida religiosa en sus
conventos, donde se perfeccionaron y se santificaron.

Religiosa Verena Rudigier