TESTIMONIO Nº 4 CONVERSION (DE REGRESO A PEÑABLANCA)

SERIE TESTIMONIOS

Nº 4:

CONVERSIÓN

Gruta de Lourdes en el Santuario de Peñablanca

Yo, María Isabel Carrasco, creo en Peñablanca porque cuando por primera vez subí al cerro, sentí un gran gozo, una gran alegría, un silencio, una paz, unas ganas de llorar, y me sentí tan pequeña y pedí perdón al Señor y a la Virgen por mis faltas. Recé mucho.

Estando todos juntos rezando el Rosario frente a la gruta, a eso del medio día sentí un aroma tan exquisito que nunca más en la vida creo que lo voy a sentir. Además, mientras rezábamos, miré al cielo y vi una sola nube que era Dios con los brazos abiertos, igual a los que salen en los libros sagrados, como en el de la Historia Sagrada, un viejito de pelo y barba larga muy blanca, con su cara de ternura, y no me cansaba de mirarlo y creo que sólo lo vi yo, y seguí rezando.

Pero creo desde que mi papá nos hablaba de Peñablanca hace unos 11 años, mucho después de las apariciones. Me siento feliz de creer y de conocer ese lugar tan lindo. Además muchas de las cosas que se dijeron (los mensajes de la Virgen en los años 83 más o menos), ya están sucediendo.