MENSAJE Nº 10 - A
SAN MIGUEL
EL NUEVO MILENIO
El Nuevo
Milenio
Yo, San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, vengo a revelarles
por medio de Lore, lo que será el Nuevo Milenio, para que pongan todo de su
parte por alcanzar dicha tan grande; porque será tan hermoso habitar los Cielos
y Tierras Nuevas.
Es algo tan preciado, que no tengo con qué hacer comparación, porque no la hay.
Por eso, estos lugares han sido reservados para los hijos predilectos del Padre.
El mundo nunca entenderá ni deseará este hermoso regalo, sin embargo, ustedes
sienten ese anhelo de ir al nuevo milenio, porque Dios Todopoderoso, ha sembrado
su semilla en sus corazones; y es un misterio tan grande, indescifrable para el
mundo; por eso nadie lo comprende, ni pueden sentir el gran gozo que ustedes
sienten en sus corazones, por ser almas predilectas del amado Padre
Todopoderoso.
El mundo está cegado y nunca entenderá; sin embargo, a ustedes se les ha sido
revelado este misterio; y como ejército militante bajo mis órdenes, quiero
revelarles un poquito de este misterio secreto.
Quedan misterios por revelar y este es uno de ellos, sólo les diré lo necesario.
En primer lugar, en la Nueva Jerusalén, no habrá necesidad de que el sol
alumbre, porque será iluminada por la Gloria de Dios.
Sus corazones latirán al unísono con el de Jesucristo, porque se fundirán en uno
sólo.
Las aguas de los ríos y los árboles a las orillas del río, irradiarán sabiduría,
la sabiduría de Dios.
Por lo tanto, los habitantes serán iluminados y verán las cosas diferentes. El
velo de sus ojos habrá caído; serán capaces de conocer los misterios insondables
de Dios y la Santa Voluntad de este en sus vidas con tanta claridad, que no
necesitarán discernir; todo será esclarecido a la luz del Espíritu Santo.
Las naciones serán gobernadas por hijos predilectos del Padre, en su mayoría
mártires, que serán recompensados por tan loable misión.
Los más pequeños y humillados, menospreciados en la tierra por causa de
Jesucristo, serán engrandecidos por la Gloria de Dios.
La gente vivirá muchos años y los que pasarán del mundo a los Cielos y Tierras
Nuevas, obtendrán un premio especial, porque la segunda muerte no tendrá poder
sobre ellos.
Lore, no temas, tú estás llamada a ir al nuevo milenio; no tengas miedo de haber
tomado decisiones erróneas, porque Dios conoce tu corazón y Él sabe, que si lo
hiciste, fue por agradar al Padre, cumpliendo con la misión que yo te encomendé;
porque confié en ti y has sido tan despreciada del mundo y olvidada por este,
que por lo mismos me he fijado en ti; no tienes ya nada que ver con el mundo, ni
raíces que te aten a él; eres totalmente libre de él, y eso te hace dócil a las
inspiraciones del Espíritu Santo.
Ánimo, que tu Jesús viene pronto por ti y tu niña.
Tú nunca perteneciste al mundo, estás separada de él, en un odre nuevo; ya nadie
puede dañarte, porque te hagan lo que te hagan, y pase lo que pase, tus
sufrimientos ya no te pertenecen a ti, los has dejado en manos de Jesucristo, y
en el nuevo milenio, Él los convertirá en alegrías.
Aguanta, falta poco.
Los habitantes del nuevo milenio, no necesitarán de iglesias ni santuarios,
porque la luz del Cordero alumbrará sus corazones y conocerán todo lo referente
a la Santísima Trinidad, y serán iluminados por ésta, por lo que no habrá sol ni
iglesias.
En las puertas de la Nueva Jerusalén, estarán escritos los nombres de las doce
tribus de Israel.
Queridos guerreros de Cristo, capitaneados por la Virgen María y liderados por
mí, no teman; pase lo que pase, superarán las pruebas y los obstáculos con la
ayuda de la Santísima Trinidad.
Se que no imaginan el gozo de habitar los Cielos y Tierras Nuevas.
El plan salvífico de Dios después de la caída de Adán y Eva, será consumado. Hay
gran alegría en el cielo, porque el triunfo del bien sobre el mal, y el plan
salvífico será llevado a cabo. Todo será gozo y alegría, la gente vivirá en
santidad; serán comunidades orantes que alabarán todo el día a Dios.
Los niños convivirán con las fieras del campo.
No habrá robos ni actos vandálicos, todos se apoyarán mutuamente.
Serán comunidades libres de tecnología, que vivirán en continuo crecimiento y
ayuda mutua de unos para con otros.
No habrá clases sociales, ni guerras, ni enfermedades o desastres naturales; la
naturaleza estará en armonía con el hombre, porque todo será hecho nuevo.
Sus cuerpos transformados, serán muy diferentes a los que poseen ahora, y las
primicias experimentarán dicho cambio, antes de que llegue el nuevo milenio;
dentro de la gran tribulación, ellos serán transformados, por eso son primicias
los 144.000 elegidos.
Lore: tú serás primicia por méritos de Jesucristo, porque Él te ama tanto, que
así lo quiso; por amor a ti y a tu hija, las hará primicias a las dos. Confía y
espera.
Los Cielos y Tierras Nuevas, irradiarán la luz del Cordero de Dios, que habrá
vencido al mundo como León de la Tribu de Judá.
Israel será enaltecido y ya no habrá lágrimas en sus ojos, porque habrán sido
cambiados por el gozo eterno que el Padre dará a sus hijos.
Habitantes de la tierra, la gran tribulación es inminente; el sufrimiento será
enorme, pero la recompensa superará este sufrimiento miles de veces, que ya no
recordarán lo acontecido en la tierra.
Todo el dolor será olvidado, Así que perseveren, pueblo de Dios, que tienen toda
la ayuda del cielo para lograrlo; no desfallezcan, pase lo que pase, la
recompensa será enorme.
Ejército militante ¡listos para la batalla! , y no vean los acontecimientos
fatídicos como castigo de Dios, véanlo como una purificación que los hará
merecedores del nuevo milenio.
Mártires de Cristo: si Dios los llama al martirio, no se turbe vuestro corazón,
porque ustedes gobernarán a las naciones, y el Espíritu Santo les dará la
fortaleza, para soportar el martirio.
Así que, mártires de Cristo, listos para la gran prueba; el don del martirio ha
sido sembrado en sus corazones, así que superarán la prueba con el poder del
Espíritu Santo; y entréguense en manos del amoroso Padre del Cielo; no estarán
solos, los Ángeles aliviarán sus sufrimientos con bálsamos de gozo, porque cada
gotita de sangre derramada, renovará la faz de la tierra.
Así que, bienvenido pueblo de Dios al Nuevo Milenio, los esperamos con los
brazos abiertos a las Bodas del Cordero; el banquete está listo, sólo faltan los
invitados; así que no desfallezcan, que el Nuevo Milenio los espera con alegría.
Canten y dancen, su liberación está cerca, y yo los conduciré a los Cielos y
Tierras Nuevas.
Gócense en el Señor.
¡ Quién como Dios !
¡ Nadie como Dios !
16 de Agosto de 2016
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