"FUI VIOLADA EN UN VIAJE DE NEGOCIOS.
CON MI ESPOSO OPTAMOS POR LA VIDA".
Un testimonio impactante de quienes ven la vida como lo que es, un milagro y un
regalo de amor del creador, donde el aborto no puede tener cabida.-
Cada ser humano independiente de la forma en que ha sido concebido, ha sido
creado por Dios y viene a este mundo a cumplir la misión por la que Dios Padre
Lo pensó y lo imagino desde toda la eternidad.
Damos a conocer este testimonio convencido que les ayudará a discernir y optar
siempre por la vida desde su concepción.
Testimonio de Jennifer:
"Fui violada en un viaje de negocios. Con mi esposo optamos por la vida".
El pasado mes de enero
yo estaba de viaje por negocios y me hospedé en el pequeño hotel de una ciudad
universitaria (la protagonista decidió reserva de ciertos nombres por decisión
de su familia)
Por lo general suelo estar atenta a lo que sucede en mi derredor, pero el lugar
estaba tan cubierto de nieve y con viento que no habría escuchado sus pasos
incluso si él hubiera pisado fuerte.
¡Sucedió tan rápido! Abrí la puerta, me giré para cerrarla, y allí estaba él, un
hombre enorme.
Mi primer instinto no fue de miedo, sino sólo confusión. De inmediato él me dio
un puñetazo en la cara. Yo no recuerdo que me haya sacado de la habitación, pero
al recuperar la conciencia me encontré en la escalera… no sé cómo, tal vez yo
intentaba ir en busca de ayuda…
Los exámenes del protocolo de violación arrojaron resultados negativos para el
VIH, la gonorrea, la clamidia, sífilis, herpes, y docenas de otras cosas de las
que nunca había oído hablar. «Dios es Misericordioso”, pensé.
Para el mes siguiente, tenía programado trabajar en un crucero. El segundo día
después de embarcarme fui golpeada por una repentina disentería que no superé
con los antibióticos. En cuanto atracamos en Cartagena (Colombia) me llevaron al
hospital para ver qué sucedía conmigo.
Preocupados por mis problemas intestinales, me llevaron a realizar un
ultrasonido… y entonces vimos el pequeño ‘guisante’, mi hijo.
De regreso en el barco, les compartí a los médicos una versión abreviada de mi
historia. ¡Ellos me pusieron en cuarentena! ¿Evitar suicidio? ¿Temían que por
algún brote sicótico yo saliera corriendo desnuda por el barco? Quién sabe. Lo
real es que la semana siguiente la pasé escuchando al equipo de médicos y
enfermeras que con sus buenas intenciones buscaban consolarme y para ello me
decían lo “fácil” que sería “hacerse cargo de eso” -matar al niño- para que yo
pudiera volver a empezar… ¿¡Fácil!?
Hubieron un montón de incómodas cuestiones que discutí llorando en cada llamada
telefónica que hice a casa esa semana, pero nunca consideré ni salió de mis
labios el "hacerse cargo de eso" (abortar-matar al bebé). Tampoco mi marido.
Cuando le dije que estaba embarazada, me dijo con voz tranquila y firme: "Está
bien. Está bien... Bien... Todo está bien". Yo le pregunté: "¿Qué quieres decir
con que todo está bien?". (Su respuesta fue todo lo que ella precisaba escuchar)
"Quiero decir que podemos hacer esto.
Vamos a salir adelante. Todo irá bien. Y que... ¡me encantan los bebés! Vamos a
tener otro bebé.
Cariño, esto es un regalo. Esto es algo maravilloso desde algo terrible. Podemos
hacer esto". Y en ese mismo momento empecé a sentir los alegres movimientos de
la nueva vida en mi vientre, floreciendo en mi corazón.
Este nuevo amor que crecería con tal fuerza que doblegaría cualquier inquietud
o angustia. Y mi marido estaba en lo cierto. Podríamos hacerlo.
En mi última mañana a bordo de la nave, le dije al equipo que me cuidaba: "Si
alguna vez se acuerdan de esto, si alguna vez se preguntan lo que me pasó, sólo
piensen en que habré tenido un hermoso bebé en octubre de 2014".
Recuerdo bien su reacción, la expresión de sus rostros y las lágrimas en los
ojos del médico que había insistido con más vehemencia en el aborto. Por primera
vez, pensé en ese momento cómo Dios puede usar esto, esta pesadilla que había
tenido que soportar. ¡Úsame Señor Jesús!
Durante mi embarazo estuve ingresando y saliendo del hospital por un par de
meses, más dentro que fuera. Tenía preeclampsia, hipertensión arterial, y
convulsiones no controladas. Fue aterrador cuando me ingresaron en la semana 26
y dijeron que podría tener a mi bebé esa noche… Estaba desesperada. ¡Yo quería
que mi hijo viviera! Superamos ese momento, pasaron las semanas hasta que él
llegó aquí, a salvo, a mis brazos.
Nuestro hijo pequeño fue concebido en la violencia, pero él es un regalo de Dios
que hizo
completa a nuestra familia. ¡Estoy tan agradecida de haber podido establecer
vínculos con otras madres que también quedaron embarazadas por violación! Somos
sobrevivientes, no las víctimas.
Mi hijo me ha sanado.
A continuación el testimonio de Jeff,
esposo de Jennifer.
Su esposa fue
violada y quedó embarazada. Junto a ella rechazó el aborto y ven al niño "como
una bendición".
Damos a conocer el testimonio de Jeff, su esposo quien entrega su apasionada
experiencia de paternidad, como signo de esperanza y testimonio de que
efectivamente el amor es más fuerte…
Realmente no me gusta acordarme. Sólo decir las palabras es difícil: Mi esposa
fue violada. Siento dolor y rabia - ira realmente, como nunca antes había
sentido hacia nadie-, con ganas de encontrar a ese hombre… Por encima de todo,
sentía frustración. Jennifer acababa de pasar algo tan horrible y aterrador y no
podía mejorarla.
Recién habíamos encontrado un terapeuta para ayudar a Jennifer a enfrentar
algunos de los primeros síntomas del estrés postraumático -pesadillas y ataques
de pánico-, cuando nos enteramos de que estaba embarazada. Desde algún lugar
cerca de Aruba, donde ella estaba trabajando en un crucero me llama: "Estoy
embarazada". La gente siempre se sorprende por mi reacción…. No pensé "¿qué
hacemos ahora?", sabía qué era lo correcto.
Un bebé es el comienzo de algo, no es un "problema" que hay que arreglar… Este
niño en camino no tomó ninguna decisión acerca de su concepción. ¿Cómo puede
alguien culparlo a él? Sabíamos que el embarazo sería difícil, pero
emocionalmente, ambos vimos este bebé como algo hermoso que salió de algo
horrible… realmente lo pensamos y seguimos viendo a nuestro hijo como una
bendición.
Nunca he considerado que mi hijo sea "de otro hombre". …Jennifer y yo estamos
sumamente conectados, espiritual y emocionalmente. Ella ha sido mi compañera del
alma desde que la conocí a los quince años. En nuestras mentes, de verdad no
había una discusión pendiente. Mi amor tendría un bebé. Por lo tanto, ambos
tendríamos un bebé. Eso es todo.
Él cuenta conmigo para cuidarlo y
guiarlo.-
Ya han pasado dos años desde que fue violada, y todavía tengo momentos de rabia.
Ya no pasa tan seguido. Todavía puedo ver los efectos del ataque en mi esposa.
Sabemos que la violación tiene efectos de por vida que probablemente no
desaparecerán jamás y estamos haciéndole frente a esos problemas. Sin embargo,
separado y aparte de eso, tenemos este bebecito de 18 meses.
Creo que se puede decir con seguridad que es mi favorito… está tan lleno de
abrazos y risas, que sólo hace que el mundo sea más brillante. El mundo entero
es nuevo y ver eso a través de sus ojos es un regalo inesperado. Sus grandes
ojos azules brillan igual que los de su Mamá. El chico es precioso, con una
sonrisa contagiosa. Se me ha dado este pequeño niño para que yo sea su papá, él
cuenta conmigo para cuidarlo y guiarlo y estar ahí para él cada vez que lo
necesite.
¿Quién será él
cuando crezca? Eso dependerá de él. Pero cada uno de mis hijos sabe cómo tratar
a una mujer. Cada uno de mis hijos le abre la puerta a su mamá, tira la silla
cuando ella se para, la atiende primero y le habla con respeto. Es mi trabajo
-mi honor- enseñarle a mi hijo menor cómo ser un hombre. Y tomo muy en serio
esta responsabilidad dada por Dios.
DIOS ES BUENO SIEMPRE
Aprendí sobre el honor y el respeto al crecer en una familia donde sabíamos que
nuestros padres nos amaban, pero también sabíamos sin que ellos lo dijeran, que
se amaban. Nunca los vimos pelear o estar en desacuerdo o discutir frente a
nosotros. Personificaban el versículo "los dos serán una sola carne". Aprendí de
mi padre cómo tratar a las mujeres. ¿Me sentó y lo explicó? No. Él lo vivió.
…Mi esposa y yo
estamos a punto de celebrar 21 años de matrimonio. Dije "para bien o para mal" y
lo dije en serio. Los votos que tomamos no cambian cuando la vida se pone
difícil. Cuando miro a los ojos de mi bebé veo inocencia y confianza. Y mucho
amor. Él Es mi hijo. Me conoce como Papi.
Él me dice Papi. ¡Es la mejor sensación del mundo, y yo no lo cambiaría por
nada! …Dios es bueno. Siempre.
HERMOSO REGALO DEL CIELO COMO UNA FORMA DE
DECIR:
“HIJOS NO DEJEN DE DEFENDER LA VIDA DESDE SU CONCEPCIÓN”
Terminamos este
bello testimonio con un milagro Eucarístico, que nos llegó, y que sucedió una
noche de vigilia de Adoración frente al Santísimo expuesto, cuando un grupo de
hermanos se preparaban espiritualmente para una marcha PRÓVIDA que se
realizarían al día siguiente. Que hermoso regalo del Cielo como una forma de
decir “hijos no dejen de defender la vida desde su concepción”
(Material
Portaluz, diciembre de 2014-2018 )
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