EN EL CAMPO DE BATALLA

MISIÓN: SALVAR ALMAS

 

 

 

 

 

 

 Millones de almas se nos están perdiendo día a día, y mucha gente joven cae en el fuego  del Infierno eterno (María nos dice: Y os puedo asegurar, amados hijitos, que sí existe y si cada uno de vosotros pudierais verlo quedaríais horrorizados y os aseguro que cambiarías vuestras posturas y vuestras formas de actuar).

 

  Muchos de ustedes que nos han preferido por años y leen con atención todo lo que nosotros hemos puesto en estas páginas, probablemente estarán caminando por ese camino pedregoso hacia la salvación  pero:

 

Eso no basta.

 

  

   Pero entonces ¿qué es lo que Dios quiere de cada uno de nosotros?

 

 En primer lugar que lo amemos sobre todas las cosas y en segundo lugar que amemos a nuestro prójimo.

Dios quiere que nos unamos a Jesús y seamos otros Cristos aquí en la tierra, hagamos Su voluntad (fiat) y salvemos almas del fuego eterno. Eso es exactamente lo que hizo  Jesús, aceptó la Voluntad del Padre y con su sacrificio y sufrimiento, no del todo descrito en los evangelios, salvó muchas, pero muchas almas.

 

 

 

Hay varios caminos para salvar almas:

 

1.- El fiat y de acuerdo a esto la aceptación de la propia vida tal cual como a cada uno le toque vivirla, ofrecer las vicisitudes y sufrimientos al Padre, por la salvación de las almas.  

 

2.- Sacrificios y ayunos a favor de la salvación de las almas.

 

3.- Evangelización directa a nuestro prójimo.

 

4.- La oración perseverante durante nuestra vida por la salvación de las almas.

 

En esta oportunidad, vamos a ver el punto cuatro; las oraciones.

 

 

 Pero antes, un llamado a los sacerdotes:

 

 ¿Por qué les cuesta tanto hablar del Infierno, del Purgatorio y del demonio a sus fieles? Si las personas no son prevenidas del peligro al cual están expuestos, ¿cómo van a evitarlo? ¿Cómo se van a defender?

 

Recordemos un párrafo del Padre Marcel Nault de su libro “El Infierno existe y podríamos ir ahí” (buscarlo en Nuestra Biblioteca).

 

“Eminencias, Excelencias, Sacerdotes:

Cuando seamos juzgados por Jesús, Jesús nos hará una sola pregunta: Yo te constituí Sacerdote, Obispo, Cardenal, Papa, ¿cuántas almas salvaste del Infierno?”

 

 Nosotros, los autores de este portal, estamos en el frente de batalla y recibimos los dardos incendiarios de las fuerzas del mal. No se crean que son ataques sólo espirituales, también ataques físicos, no a nuestra integridad, pero sí, con violencia a los medios que utilizamos para mantener este sitio. Saben perfectamente como funcionan las máquinas y como producir graves desperfectos, algunos irreparables. Esto es gravísimo porque pueden producir con mucha facilidad un accidente, una guerra catastrófica.

 Si las personas tuvieran la conciencia del peligro al cual están expuestas a diario, cometerían menos pecados y tendrían pánico de estar en riesgo de caer en el Infierno por toda la eternidad (como por ejemplo dormirse cada noche en pecado mortal). Pero hábilmente se mantienen ocultos, operando desde las sombras. Así las personas no creen en su existencia, y no pocos sacerdotes. Si no sabemos que existe un enemigo invisible, es muy difícil defenderse. Por favor crean en nosotros, las fuerzas del mal son reales y están como una sombra siniestra invadiendo el mundo entero.

 

 

 Pero leamos lo que Jesús nos dice al respecto:

 

Hijos míos, que mi paz esté con vosotros.

 

El cielo llora por la pérdida de tantas almas; miles y miles caen al abismo sin poder hacer nada por ellas; pues le dieron la espalda al Dios de la Vida. Orad hijos míos con mi Rosario de la Misericordia, por las almas de los pecadores que en más peligro estén de condenarse y por las almas de los moribundos que están en pecado mortal, y muy especialmente orad por la juventud.

 

El infierno está lleno de jóvenes, que blasfeman de Dios y de sus padres, porque no hubo quien les hablara de la existencia del mal y del infierno. ¡Qué tristeza me produce ver perderse a tantas almas, que en el tiempo de su tiempo, me dieron la espalda y no quisieron acogerse a mis llamados a la conversión! El infierno es una realidad que la inmensa mayoría de la humanidad quiere desconocer. Mi adversario se goza con cada alma que se me pierde; mi dolor es grande; tengo sed de almas penitentes que me ayuden a rescatar con sus sacrificios y mortificaciones a tantas almas que se me están perdiendo.

 

La humanidad calla, mi Iglesia calla, mis pastores callan, la existencia del infierno. ¡Oh, qué pecado de omisión tan grande, que afrenta a mi Espíritu es vuestro silencio! Todos los bautizados estáis llamados a ser misioneros y evangelizadores; dejad vuestro letargo espiritual; os hago un llamado: Pastores de mi rebaño, educadores, evangelizadores y padres de familia; retomad la enseñanza de mi Palabra y de mis Mandamientos; salid de vuestras cuatro paredes y buscad el rebaño que yace disperso como ovejas sin pastor. Vuestro silencio sobre la existencia del mal y del infierno, está haciendo que muchas almas se pierdan. Os digo, que seréis reos de culpa, todos aquellos que por omisión o temor y con conocimiento de hecho, os neguéis a hablarle a vuestros hermanos, de la existencia del mal y del averno.

 

Necesito voces que le hablen al desierto de esta humanidad pecadora; muchas almas se están perdiendo por la falta de evangelización sobre este tema. Acordaos de lo que dice mi palabra: Misericordia quiero y no sacrificios; el ayuno que me agrada es el ayuno del amor. (Mt. 9, 13) (Oseas 6,6).

 

El infierno es un lugar de tormento y dolor, fuego que quema y no se extingue, donde van a parar las almas que se apartaron de mí. La existencia del mal y los demonios, es una realidad que no podéis seguir ocultando. Mis pastores deben hablar sobre este tema a mi rebaño; leed mi palabra y en ella encontraréis que se habla más de setenta veces sobre la existencia del averno y del maligno.

 

Mi pueblo se está perdiendo por falta de conocimiento. No calléis más, el tiempo de mi justicia está cerca. Evangelizad, evangelizad, evangelizad, para que muchas almas se salven. Porque en verdad os digo, que no se prende una lámpara para meterla debajo de la cama, si no para que alumbre; al que mucho se le da, mucho se le exigirá; los talentos que se os dan, son para el servicio de vuestros hermanos, no para guardarlos, como lo hizo el siervo malo.

Despertad, pueblo mío; salid a evangelizar con mi palabra que es vida y alimento para el espíritu. Consolad a mis ovejas, vosotros pastores de mi rebaño; habladle al corazón de mi pueblo y decidle: Que el Reino de Dios está cerca. No calléis más, porque entonces las piedras hablarán por vosotros; ellas, serán testigos de vuestro silencio. Mi paz os dejo, mi paz os doy.

 

Soy vuestro Pastor: Jesús de Nazareth. Dad a conocer mis mensajes de salvación a todas las naciones.

 

 

Sed astutos como serpientes y mansos y humildes como palomas

Que los hijos de la oscuridad, no sigan siendo más astutos que los hijos de la Luz

 

 

 

 A continuación les dejamos una estrategia para  la batalla, los invitamos a unirse a nuestra tropa:

 

  

El objetivo: Salvar almas

 

 Se debe pedir en cada una de las oraciones, rosarios, coronas o coronillas por los pecadores con mayor posibilidades de condenarse, por los moribundos en pecado mortal, por los sacerdotes y pecadores y por la gente joven.

 

¿Qué armas van a portar los soldados (nosotros) para la batalla?

 

1.- El Rosario de la Virgen. (todos los días, inamovible)

2.- El Trisagio (todos los días inamovible)

3.- La  Corona de la Divina Misericordia (todos los días, inamovible)

4.- La Coronilla del amor (todos los días, inamovible)

5.- El Rosario de la Armada (los 25 de cada mes)

6.- Rosario a la Preciosa Sangre de Cristo (Jesús está pidiendo que se rece este rosario también todos los días)

7.- Oraciones o rosarios de libre elección, buscar en nuestro portal

 

 

 

 

 ¿Cómo deben ir vestidos los soldados (nosotros) para la guerra?

 

Vamos a ser duramente atacados, los dardos incendiarios del maligno caerán por todo el campo de batalla, pero lo importante es que no nos alcancen ni en el cuerpo; ni en el alma, debemos ir adecuadamente vestidos, debemos portar nuestra armadura.

 

Uniforme:

1.- Armadura Espiritual (todos los día)

2.- El Exorcismo del Papa León XII (todos los días, inamovible, muy importante)

3.- Ave Maris Stella (especial protección a quienes recen esta oración)

3.- Oración de Consagración a San Miguel para sus devotos  

3.- Oración de Sellamiento de Dios Uno y Trino (todos los días o con la mayor frecuencia que se pueda)

 

 

 

 

 

Muy importante

 

  No se acongojen si no tienen el tiempo para rezar todas las oraciones, al menos recen el Rosario todos los días y el Rosario de la Armada los días 25 de cada mes, pero lo que no pueden dejar de portar es el uniforme, eso que no pase ningún día sin cubrirse con él. Van a ser duramente atacados y esto irá en aumento con el tiempo. No hablamos solamente de ataques espirituales.

No olvidar que la lucha será feroz;  las huestes demoníacas son miles de miles.

 

  Prepárense, la batalla va a ser cruenta, porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre,  sino contra los principados y potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.  

 

 El premio:

Quien salva un alma del infierno….,

Salva su propia alma por toda la eternidad (no importa los pecados que se hayan cometido, basta que los confesemos, sin omitir ninguno, ante un representante de Jesús; un sacerdote. Pecado confesado, por la misericordia de Dios: olvidado (no tener remordimientos,  eso es de Satanás).

 

 

 

 Algunas citas evangélicas sobre el infierno (Jesús dice que hay 70)

 

Mt 5,22: ...y quien dijere a su hermano "insensato", será reo de la gehena del fuego.

Mt 10,28: No temáis a los que matan el cuerpo… temed más bien a los que pueden arruinar el cuerpo y el alma en el fuego eterno.

Mc 9,43-48: ...más te vale entrar manco al Cielo, que entrar con las dos manos a la gehena, al fuego inextinguible.

Mt 13,50: ...y los echarán al horno de fuego; allí llorarán y les rechinarán los dientes.

Mt 25,41: Apartaos de mi malditos al fuego eterno.

Mt 22,13: ...atadlo y echadlo fuera a las tinieblas, donde habrá llanto y crujir de dientes.

Mt 25,30: ...y el siervo inútil será arrojado a las tinieblas.

Lc16,28: ...para que no vengan también ellos a este lugar de tormento…

Mt 25,46: ...e irán estos al tormento eterno.

 

 

 

 

 

 

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