SAN AGUSTÍN
Oración al Espíritu Santo
Ven
a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las
realidades del Espíritu. Ven
a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz
de más caridad.
Jesús es dulzura y amor ¡Oh Salvador mío, fuente inagotable de dulzura y de bondad! No piense yo más que en Vos. Cuando al mismo tiempo que a Vos se ama cualquiera otra cosa, ya no se os ama, ¡oh Dios mío!, con verdadero amor. Oh amor lleno de dulzura, dulzura llena de amor, amor exento de penas y seguido de infinidad de placeres; amor tan puro y tan sincero que subsiste en todos los siglos; amor cuyo ardor no hay cosa que pueda apagar ni entibiar! Jesús, mi adorable Salvador, cuyas bondades, cuyas dulzuras son incomparables, caridad tan perfecta como que sois nada menos que mi Dios Véame yo abrasado en vuestras divinas llamas, de suerte que no sienta ya más que aquellos torrentes de dulzuras, de placeres, de delicias y de alegría, pero de una alegría enteramente justa, enteramente casta, pura, santa y seguida de aquella perfecta paz que solamente en Vos se encuentra. Sea yo abrasado en las llamas de aquel amor, ¡oh Dios mío!, con todo el afecto de mi corazón y de mi alma. No quiero, bien mío, no quiero en lo sucesivo más amor que el vuestro. Amén. En bondad tuya. Amén.
Señor y Dios mío
Señor y Dios mío, mi única esperanza, óyeme para que no sucumba al desaliento y deje de buscarte. Dame la gracia de que yo ansíe siempre ver tu rostro dame fuerzas para la búsqueda, tú que hiciste que te encontrara y que me has dado esperanzas de un conocimiento más perfecto. Ante ti está mi firmeza y mi debilidad sana esta, conserva aquella, ante ti está mi ciencia y mi ignorancia si me abres, recibe al que entra, si me cierras el postigo, recibe al que llama. Haz que me acuerde de ti, que te comprenda y te ame. Acrecienta en mí estos dones, hasta mi cambio completo, cuando arribemos a tu presencia, cesarán estas muchas cosas que ahora hablamos sin comprenderlas, y tú permanecerás todo en todos, y entonces, viviremos siempre, alabándote unánimemente, Y hechos en ti también nosotros una sola cosa.... Amén.
Grande eres, Señor, y laudable sobre manera; grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene numero. ¿Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación, y precisamente el hombre, que, revestido de su mortalidad, lleva consigo el testimonio de su pecado y el testimonio de que resistes a los soberbios? Con todo, quiere alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación. Tú mismo le excitas a ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos has hecho para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en Ti. Amén. Uno de los pensamientos más bonitos de san Agustín es "La muerte no es el final".
Para profundizar sobre el pensamiento de San Agustín
Página
anterior Página Siguiente (Oración a Santa Juana de Arco)
Páginas principales
Índice General y páginas misceláneas Meditemos con Jesús (importante) Reflexiones y mensajes de María Mensajes: El Libro de la Verdad Mensajes de San Miguel Arcángel Videos de música religiosa (popular) Rosarios, Coronas y Coronillas
Lo invitamos a visitar
Esta página pertenece al sitio "Oraciones y Devociones Católicas" Visite siempre la Portada del sitio, siempre hay algo nuevo ahí.
|