Vosotros seréis responsables ante la pérdida de vuestros hijos
YA ESTÁIS EN LOS TIEMPOS EN QUE LA PRIORIDAD DEBE SER LA ORACIÓN
LLAMADO DE MARÍA SANTIFICADORA A LA HUMANIDAD.
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros y mi
protección maternal os asista siempre.
Pequeñitos, no temáis a los que matan el cuerpo, temed más
bien a aquel que puede matar el cuerpo y el alma.
Que nadie, ni nada, os
robe la paz; yo vuestra
Madre Celestial estoy con cada uno de mis hijitos fieles; invocadme y vendré en
vuestro auxilio a daros mi protección y mi amor. Os digo, hijitos míos, que la
voluntad de mi Padre muy pronto se hará en el cielo y en la tierra. ¡Adelante,
hijitos míos, con la misión que Dios os ha encomendado!; que nada os perturbe,
que nada os atemorice, permaneced unidos a mí, y yo os abrigaré con mi Santo
Manto y no permitiré que ninguna fuerza del mal os haga daño.
Rebaño de mi Hijo, los días que se aproximan son de purificación,
el reloj del tiempo ha
comenzado su cuenta
regresiva; agrupaos en torno a Mí, no descuidéis la oración, no descuidéis el
rezo de mi Santo Rosario. La oración será vuestra fortaleza y vuestra
comunicación con Dios; orad, orad, porque ya los tiempos son de batalla
espiritual;
cargad cada uno con
vuestra cruz y unidla a la cruz de mi Hijo,
para que se os haga más llevadera y podáis sobrellevar los días de pasión que se
os avecinan. ¡Adelante pequeños míos, vosotros sois mi Ejército Militante, que
unidos a Mí y a las legiones de Arcángeles y Ángeles, dirigidas por mi amado
Miguel, derrotaremos de la faz de la tierra toda fuerza del mal y allanaremos el
camino para el regreso triunfal de mi Hijo!
Hijitos, cada día de purificación será una prueba para vosotros,
por eso, debéis de estar
en gracia de Dios
(*)
y debéis de permanecer en
oración. Os digo esto,
porque, mi adversario buscará por todos los medios de hacer perder el rebaño de
mi Hijo. Acordaos lo que dice la palabra de Dios: Al final de los tiempos,
muchos últimos serán primeros y muchos primeros serán últimos; por lo tanto, no
os confíes, porque
todas las criaturas
creadas por mi Padre, serán purificadas y vuestra fe, será puesta a prueba.
Ya estáis en los tiempos en que la prioridad debe ser la oración.
Alimentad vuestro espíritu y vuestro cuerpo, con el Cuerpo y la Sangre de mi
Hijo; pues vienen días en que la Casa de mi Padre,
será profanada y el culto
diario, será suspendido
(**)
; por lo tanto, aprovechad
ahora que todavía el Espíritu de mi Hijo está entre vosotros.
Sellad
con su preciosísima Sangre, vuestro cuerpo, alma y espíritu; fortaleceos con la
palabra de Dios, que de protección para vuestra mente y revestíos con la
armadura espiritual
a mañana y noche; toda oración que hagáis, hacedla extensiva a vuestros
familiares; orad muy especialmente por aquellas almitas que se hallan más
apartadas de Dios.
No olvidéis orar por las
almas del purgatorio, si
oráis por ellas, os lo agradecerán y os ayudará a vuestra batalla espiritual.
Cada alma que sale del
purgatorio, por vuestras oraciones, obras, ayunos, santas misas y sacrificios,
se convierte en intercesoras vuestras,
no sólo en esta tierra,
sino también cuando lleguéis a la eternidad.
En vuestras oraciones tened siempre presente al
Ejército Purgante y
Triunfante, ellos esperan
que vosotros aquí en la tierra, los tengáis en cuenta, para unirse a vosotros en
batalla espiritual.
Hijitos, la purificación ya comenzó, mi adversario ha empezado a
desplegar sus fuerzas del mal,
para robaros la paz y
traeros división; por eso,
debéis de permanecer unidos a mi Hijo y a Mí, en oración; cuando mi Padre os
envíe su Misericordia y separe las ovejas de las cabras y el trigo de la cizaña,
es ahí, cuando comenzará la batalla final que dará fin al reinado de mi
adversario y sus huestes del mal.
Padres de familia, os hago un llamado,
vosotros seréis
responsables ante mi Padre, por la pérdida de vuestros hijos;
si no oráis por ellos, mi Padre y yo, vuestra Madre Celestial, no podremos
brindarles protección; por eso,
orad por vuestros hijos
(***)
y muy especialmente por
aquellos que se encuentran más apartados de Dios, para que vuestra oración los
proteja de los ataques que el enemigo de vuestra alma, lanzará contra vuestros
hogares.
Consagraos a mi Corazón
Inmaculado vosotros y vuestros hijos; consagradme vuestros hogares y bienes
materiales y espirituales, para que mi adversario no pueda tocaros y no pueda
robaros el alma.
Permaneced pues hijitos míos, en unión con Dios y con vuestra
Madre, a través de la oración y muy especialmente a través del rezo de mi
Santo Rosario;
socorreos mutuamente y permaneced en el amor, para que cuando mi Hijo regrese
seamos una sola familia, en el paraíso que mi Padre os dará como premio por
vuestra fidelidad. Que mi amor maternal os acompañe siempre. Vuestra Madre,
María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
Mensaje entregado a Enoch, Sept. 2011
(*) En lo posible, confesión de vida.
(**) En el reinado del Anticristo (está a la vuelta de la esquina).
(***)
Decirles, a veces poco se logra,
pero decirles y rezar, rezar por ellos incesantemente,
también por nuestros parientes y amigos perdidos.
(Mensajes de María)
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