EL PECADO ORIGINAL, AYER Y HOY
La serpiente antigua
Un hombre que asesina, viola, roba, mata o que haga cualquier otro mal horrible trata de entender, es una criatura de Dios, era un hijo de Dios en el que una vez había entrado la luz, cuando Nosotros separamos la luz de las tinieblas y cuando creamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y también cuando Adán pecó y perdió la Gracia, él nunca fue un abismo absoluto de tinieblas en el que nuestra Luz nunca hubiera entrado.
Creamos al hombre conociendo muy bien su condición y fragilidad, y era inferior
a los ángeles en poder y fuerza y necesitaba ser cuidado y defendido por el amor
del Creador, del Padre. Haberlo hecho dueño de toda la creación y habiéndole
dado todo poder sobre la naturaleza sometida a él, no hacía de él una criatura
superior, sino un hijo que podía disfrutar de todo lo que el Creador le había
dado para ser feliz, armonioso, para vivir en un reino perfecto, pero sabíamos
que el hombre necesitaba el amor y la protección divina. Por eso siempre
estábamos con él, paseábamos con él, nos deleitamos con él para darle siempre lo
que necesitara.
Acuerdate, que Adán y Eva no pecaron en seguida apenas fueron creados,
pasaron un tiempo feliz con Nosotros, disfrutaban plenamente de todo y por eso
su desobediencia fue aún más grave... Ahora, entiéndelo bien, también
Lucifer era una criatura nuestra, pero era enormemente más poderoso e
independiente que el hombre. La luz que poseía y había recibido era eterna e
inmutable, tan potente que sólo Dios tenía una luz superior. Su belleza era
extraordinaria y procedía directamente de la esencia de Dios, pero no había sido
generado por Dios, era una criatura; sólo Yo he sido engendrado por el Padre,
por lo cual soy idéntico a Él. Ahora, todo eso, pervirtiéndose, se transformó en
una enorme potencia de puro mal, así como era pura luz. El hombre no tenía esa
luz en sí mismo y, al pecar, ayudado por la gracia divina que le concedió la luz
del arrepentimiento, pudo recuperar la paz y armonía con Dios. Lucifer no,
nunca, todo lo que tenía de divino se transformó en tinieblas de puro odio, tan
profundo y puro como pura era la luz que había gobernado los nueve coros de los
ángeles.
Puesto que Adán, criatura profundamente amada por Nosotros, cometió también el
mismo pecado de soberbia y el gran error de dialogar con él, Lucifer venció y el
hombre perdió la Gracia, fue expulsado y se le cerraron las puertas de la
bienaventuranza divina.
Te revelo una cosa: el mayor pecado de Adán no fue haber pensado
que podía ser como Dios conociendo el bien y el mal, porque no es sólo con eso
que uno se llega a ser como Dios. En realidad Satanás, cuando envió a su
emisario, la serpiente, sedujo a Adán y Eva para que que desearan ser independientes
de Dios y, por tanto, seguir su voluntad dando vida a su ego y haciéndole
hablar, y expulsar mi Voluntad de ellos, ya no quererla más, no vivir más con
Ella y de Ella, no darle espacio, no amarla, creer que se puede prescindir de
Ella, porque su voluntad estaba dispuesta y se creía tan fuerte que podían vivir
sin la Mía y más allá de la Mía, y crear algo sin mi Voluntad, es decir, la
VIDA... ¡Qué error fatal! ¡Qué tremendo error!
Mi Voluntad era amor, aire, luz, calor, alimento, alegría, unión, amistad,
inmortalidad, salud, vida, tierra, árboles, flores, animales, plantas, viento,
lluvia, rocío, nieve, arena, mar, ríos, lagos, arroyos, canto, armonía, era y es
todo, está en todo...
Revelado por Jesús a un alma niña en Octubre de 2020.
Para finalizar, los dejaremos con algunas frases de un mensaje de Jesús entregado hace varios años atrás, el 2012
Leamos:
¡Oh! Hijitos Míos, no os imagináis cuánto Amor he derramado por todos vosotros. No os imagináis lo que He hecho por vosotros. Leéis acerca de Mí, se os transmiten Mi Palabra, se os transmiten Mis Acciones. Yo, vuestro Hermano Jesucristo, que vivía entre vosotros, Me di en totalidad.
Mis Acciones, Mi donación, Mi Vida, Mi Resurrección, fue para que todos vosotros, del pasado, presente y futuro, tuvierais la oportunidad de vivir eternamente en el Reino de los Cielos.
Mi Palabra era para vosotros, Mis Acciones eran para vosotros, Mis Pensamientos, Mis oraciones, todo Mi Ser era para vosotros, pero vosotros, por ser tan pequeños, no os dais cuenta de la inmensidad que esto representa, porque Soy Dios y todo lo que Yo hice por vosotros, tiene un Poder Divino, que vosotros ni siquiera podéis imaginar ni medir y todo esto que Yo os di, porque Mi Padre, vuestro Padre, Me lo pidió para vuestra salvación
Pedid a Mi Santo Espíritu de Amor, el poder entender la inmensidad de Mi Obra y, al reconocerla, Mis pequeños, os arrodillaréis. Vuestras lágrimas saldrán de vuestros ojos, vuestro corazón se postrará ante Mí, vuestro Dios, en agradecimiento por todo lo que Yo hice por vosotros, por la inmensidad de Mi Obra, por la purificación del Universo entero.
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