NOVENA A SANTA TERESITA DE LOS ANDES
Todos los días de la novena al comenzar se reza lo
siguiente:
Puestos en la presencia del Señor, después de hacer la señal de la cruz y de
reconciliarse con Dios pidiéndole humildemente perdón de las faltas y pecados,
se reza la siguiente oración.
Oración
Teresa de Los Andes, que
de la mano de María te convertiste en una joven enamorada de Jesucristo, eres
modelo de santidad y camino de perfección para la Iglesia. Tu supiste reír,
amar, jugar y servir. Tú fuiste fuerte para asumir el dolor y generosa para
amar. Tu supiste contemplar a Dios en las cosas sencillas de la vida. Muéstranos
el amor del Padre para vivir la amistad en la familia. Ayuda a los débiles y a
los tristes, para que el Espíritu los anime en la esperanza. Intercede por
nosotros y pide para Chile el amor y la paz. Teresa de Los Andes, hija
predilecta de la Iglesia Chilena, religiosa del Carmelo, amiga de los jóvenes,
servidora de los pobres, ruega por nosotros cada día. Amén.
Cada día, después de la
oración inicial se hará lo siguiente:
1.- Breve meditación.
2.- La oración correspondiente a cada día.
3 Un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria
4.- Oración final.
Oración final :
Dios misericordioso, alegría de los santos, que inflamaste el corazón juvenil de
Teresita de Los Andes con el fuego del amor virginal a Cristo y a su Iglesia, y
la hiciste testigo gozoso de la caridad aun en medio de los sufrimientos,
concédenos, por su intercesión, que, inundados por la dulzura de tu espíritu,
proclamemos en el mundo, de palabra y de obra, el evangelio del amor. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Se recomienda terminar cada día la novena encomendando al Señor las intenciones
del Papa y las necesidades de la Iglesia y de la Patria y añadir la siguiente
oración:
Señor Jesús. Tú escogiste a Teresita de Los Andes para manifestar a los hombres la alegría de conocerte y amarte. Por eso vivió consagrada a tu amor. Y pudo reflejar en su rostro humano el rostro amoroso de Dios. Tú le encargaste, además, dar el mensaje alegre del Evangelio; por eso Teresita de Los Andes vivió como joven el Evangelio del amor. Te pedimos, Señor, que una vez glorificada por la Iglesia, cumpla su misión de despertar hambre y sed de ti en nuestro mundo materializado, haga llegar tu mensaje de amor, fe y esperanza a todos nuestro hermano y sea un ejemplo de pureza para sacerdotes y laicos. Amén.
DÍA PRIMERO
Vida de Fe
Para meditar unos minutos
Déjese invadir por Dios. Viva en Dios por la fe. Todo cambia cuando se mira a
este Sol Divino. Que la fe sea el lente que le descubra a su Creador. Un alma
con fe lo tiene todo, porque tiene a Dios. Los sufrimientos se transforman con
ella. La vida de fe no consiste sino en apreciar y juzgar de las cosas y
criaturas según el juicio que de ellas tiene Dios. V. Gr. Una humillación, con
espíritu de fe, es recibida con alegría, pues por ella se asemeja el alma más a
Jesús humillado.
Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración:
Padre santo, que adornaste a tu
sierva Teresa de Los Andes con una fe firme y luminosa, concédenos, como a ella,
descubrir tu mano amorosa a través de todo el acontecer de nuestra vida, y
otórganos, por su intercesión, el favor que te solicitamos. Por Jesucristo
Nuestro señor. Amén.
DÍA SEGUNDO
Esperanza
Para meditar unos minutos
El alma que tiene su esperanza puesta en Dios no tiene que temer, porque todos
los obstáculos, las dificultades, Él las vence. Tenga confianza en Jesús. Su
corazón se conmueve ligerito. No puede soportar que las ovejas de su rebaño se
extravíen. Él abandona las 99 por ir en busca de aquella que lo ha abandonado.
Arrojémonos con nuestras faltas y pecados en lo más profundo de Su Sagrado
Corazón, en el océano de Su misericordia. Jesús se compadece de nuestras
miserias, conoce a fondo nuestro pobre corazón. Así pues, no tema; que el temor
seca el amor.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Señor, esperanza de los que en ti creen, que concediste a Santa Teresita de Los Andes confianza ciega de alcanzar lo que te pedía por medio de la oración, por su intercesión, auméntanos la esperanza de contemplarte un día en el cielo y de obtener lo que ahora te pedimos. Por Jesucristo Nuestro señor. Amén.
DÍA TERCERO
Caridad
Para meditar unos minutos
Dios, se hizo criatura, padeció y murió por nosotros. Dios se hizo alimento de
sus criaturas... y que nosotros permanezcamos insensibles, que nos olvidemos de
su amor, que no le demos todo nuestro ser es una monstruosa ingratitud. No
seamos mezquinos. Él es el único capaz de saciarnos. No miremos lo que hacemos,
sino lo mucho que nos falta para corresponder a su amor. Cuando se ama todo es
alegría, la cruz no pesa, el martirio no se siente, se vive más en el cielo que
en la tierra.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Tú que impregnaste con tu amor divino el corazón y la vida entera de tu sierva Teresa de Los Andes, te pedimos por su intercesión la gracia de amarte con todas nuestras fuerzas, con un amor ardiente y fiel como lo tuvo ella, sin anteponer nada a tu amor. Otórganos también lo que ahora te pedimos a Ti que vives y reinas por los Siglos de los siglos. Amén.
DÍA CUARTO
Jesús Crucificado
Para meditar unos minutos
A la sombra de la cruz todas las amarguras desaparecen. Quisiera que pusiera los
ojos de su alma en Jesús Crucificado. Allí encontrará no solo alivio en el
dolor, sino que también aprenderá a sufrir en silencio, sin murmurar ni interior
no exteriormente. Por medio de los sufrimientos me he de asemejar a Jesús
Crucificado. He aquí mi único ideal.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Señor Jesús, que por
obediencia a la voluntad del Padre y por amor nuestro aceptaste el tormento de
la cruz, por intercesión de Santa Teresa de Los Andes, concédenos asumir el
sufrimiento que la vida y el esfuerzo por mejorar la situación de nuestros
hermanos nos deparen. Por los dolores de tu Pasión, danos lo que con fe te
pedimos, si es tu voluntad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
DÍA QUINTO
Eucaristía
Para meditar unos minutos
Dios se hizo alimento de sus criaturas. ¿Has profundizado alguna vez en esta
locura de amor? Después de alimentarse con esa carne divina, ¿qué
desfallecimiento puede sentir nuestra alma en el camino del deber? La comunión
es un cielo en la tierra… Después de comulgar lo tenemos todo, porque tenemos a
Dios, que es nuestro cielo en el destierro. Comulguemos lo más a menudo posible
para amarlo más. Quien se acerca al fuego se calienta.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Padre, que mediante la
frecuente comunión y la asidua meditación del misterio pascual llevaste a tu
sierva Teresa de los Andes a una amorosa intimidad con Jesús, concédenos que la
comunión nos enfervorice y fortalezca como a ella, para servirte cada vez más
fielmente a Ti y a nuestros hermanos. Otórganos también, por su intercesión, lo
que ahora te pedimos. Por Jesucristo nuestro señor. Amén.
DÍA SEXTO
Devoción a María
Para meditar unos minutos
Mi espejo ha de ser María. Puesto que soy su hija debo parecerme a ella y así me
pareceré a Jesús. Habla a la Santísima. Virgen de corazón a corazón. Cuando te
sientas solo, mírala y verás que sonriendo te dice: "Tu madre jamás te dejara
solo". Cuando, triste y desolado, no halles con quien desahogarte, corre a su
presencia y la mirada llorosa de tu Madre que te diga "no hay dolor semejante a
mi dolor", te confortará, poniendo en tu alma la gota de consuelo que cae de su
dolorido corazón. Le aseguro que llena el alma de felicidad esa devoción del
Rosario a la Santísima Virgen.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración: padre celestial, que has querido que la Virgen María fuera madre de tu
hijo y nuestra: concédenos que como Santa Teresa de Los Andes, le profesemos una
tierna y confiada devoción que nos lleve a imitarla, convirtiendo nuestra vida
en un sí continuado a tus planes sobre nosotros. Por Jesucristo nuestro señor.
Amén.
DÍA SÉPTIMO
Caridad fraterna
Para meditar unos minutos
¡Cuánto bien puedes hacer entre los tuyos si eres sacrificado, si no buscas tu
comodidad sino el bien de los demás! El amor a nuestros semejantes es la medida
del amor de Dios. Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás. Ocupándome
del prójimo, de servirle, aunque nos cause repugnancia hacerlo. Se esa manera
conseguiremos que el trono de nuestro corazón sea ocupado por su Dueño, por Dios
nuestro Creador.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Señor Jesucristo que muriendo en la cruz nos diste la prueba del amor más grande, concédenos por intercesión de Santa Teresa de Los Andes, la gracia de entregarnos al amor y servicio de nuestros hermanos generosa y desinteresadamente. Otórganos también lo que ahora te pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA OCTAVO:
Pobreza, sacrificio
Para meditar unos minutos
Por Jesús he preferido ser pobre y trabajar… Siendo pobre me pareceré más a
Aquel que no encontró dónde reclinar su cabeza. No teniendo nada, el corazón
permanece puro, sólo para Dios. Me siento feliz en medio de tanta pobreza,
porque tengo a Dios y El solo me basta. Es necesario que sólo Dios sepa que el
cáliz que apuro es muy amargo. Los sacrificios a que me someto no son
sacrificios; el amor lo endulza y aligera todo.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Señor que en tu vida terrena
escogiste pasar pobreza y necesidades desde Belén al Calvario, concédenos por
intercesión de Santa Teresita de Los Andes la gracia del desapego a lo inútil y
superfluo y saber usar de los bienes terrenos con corazón desprendido, para
servirte con ellos sirviendo a los demás, particularmente a los más pobres.
Concédenos también la gracia que solicitamos a Ti, que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
DÍA NOVENO:
Conformidad con la voluntad de
Dios
Para meditar unos minutos
Seamos hostias de alabanza a la Santísima Trinidad. ¿Cómo? Cumpliendo en cada
instante la voluntad de Dios. Para ser enteramente de Dios debo cumplir
perfectamente su divina voluntad. Si El es mi Padre y conoce el presente, el
pasado y el porvenir, ¿por qué no abandonarme a El con entera confianza?
Ofrecernos al Padre con amor para cumplir su adorable voluntad. He ahí el plan
de santidad que concibo. No sé qué daría por predicar al mundo entero el
abandono ciego en manos de Dios.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Oración:
Jesús Tú afirmaste que tu
alimento era hacer la voluntad del Padre. Por intermedio de tu sierva Teresita
de Los Andes, que vivió incondicionalmente rendida a tus planes y designios,
concédenos la gracia de asumir todas las pruebas, enfermedades y sufrimientos,
como expresión de tu voluntad santificadora, para poder así configurarnos
contigo y llegar a encontrarte un día en su Reino, realizándola plenamente y
para siempre. Concédenos también, si es para tu mayor gloria, lo que ahora con
fe te pedimos. Tu, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
SANTA TERESITA DE LOS ANDES,
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