LA NOVENA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
DEL PADRE FRANCISCO GARCÍA s.j.
1684
Presentación
A continuación les presentamos una antigua Novena a San Miguel Arcángel, que
aparece en el libro del Padre Francisco García, titulado “El Primer Ministro de
Dios San Miguel Arcángel” con Licencia, editado en Madrid en el año 1684. Dentro
del libro aparece esta antigua Novena. Restaurarla fue toda una odisea, pues se
encontraba en algunas partes ilegible, escrita en un español antiguo con partes
en latín. El traductor mantuvo el estilo del autor sin modernizarla, para que
ustedes la apreciaran en toda su cabalidad.
Cuando se debe rezar
En cualquier tiempo del año, en que necesitamos y deseamos alcanzar de San
Miguel alguna merced, se puede hacer esta Novena, será agradable al Santo
Arcángel fuera de estas ocasiones, disponernos con ella para la fiesta de su
Aparición que es el 8 de Mayo, empezándola el 30 de Abril y acabándola para el
día de la Aparición. Y para la fiesta de su Dedicación que es el 29 de
Septiembre, empezando el 21 de ese mes y acabando el día de la Dedicación.
Condiciones
En uno de los días de la Novena, se ha de confesar y comulgar con la mayor
preparación y disposición que fuese posible y será bueno ayunar algún día a la
honra de San Miguel, que puede ser el viernes que cayera dentro de la Novena. Y
procure quien la hace obligar a los ángeles con una gran pureza de cuerpo y
alma, andando los nueve días con especial cuidado de evitar toda culpa y
particularmente contraria a la castidad, que es virtud angélica. Quien fuera de
esto hiciere limosnas y otras buenas obras en reverencia de los Soberanos
Espíritus, los obligará más a que intercedan con Dios para que alcance lo que
desea, si conviniere para su salvación y sino le alcanzará de su Majestad otra
cosa mejor y más conveniente para la Bienaventuranza.
PRIMER DIA
Hincándose delante de un Altar o imagen de San Miguel, se hará la Señal de la
Cruz, se dará gracias a Dios por todos los beneficios obtenidos, los que le ha
hecho a San Miguel y ofrecerá a mayor Gloria de Dios, honra de María Santísima,
de San Miguel y de todos los santos sus acciones, palabras y pensamientos.
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración
Soberano Arcángel San Miguel y excelentísimo Príncipe de la Corte Celestial.
¿Quién no podría ser vuestro devoto, pagando así a vuestros devotos? ¿Quién no
os servirá con mucho cuidado si de esta manera pagáis los servicios que os
hacen? Mas para que yo os ame, basta saber el amor que me tenéis y al cual no
puedo corresponder con igual amor. Para que os sirva no es necesario prometerme
nuevos favores, con los ya otorgados me tenéis más que obligado de lo que podré
jamás pagar ni reconocer. Pero ya que no puedo con obras responder a tantas
mercedes, recibid palabras y afectos. Gracias os doy excelso y sublime Espíritu,
porque defendisteis la Honra y la Gloria de mi Señor Jesucristo y por todos los
servicios que en toda la vida le hicisteis a Él y a su Santísima Madre.
Gracias os doy por el ángel que habéis destinado a mi guarda y por los otros
servicios generales y particulares que por vos mismo o por medio de vuestros
ángeles me habéis otorgado, los cuales no conozco bastantemente en esta vida, ni
los puedo dignamente agradecer y por ello pido y suplico al ángel de mi guarda,
que en mi nombre os lo agradezca y también lo que habéis hecho a la humanidad y
a la Santa Iglesia, de la cual soy miembro. Me alegro de todos los privilegios,
gracias, prerrogativas, dignidades y dones naturales y sobrenaturales con que el
Señor os ha honrado y enriquecido y doy al Señor eternas gracias por ello,
porque así os quiero exaltaros.
Defendedme oh
valerosísimo Capitán de los Ejércitos de Dios, enviad en mi socorro a vuestros
soldados para que me defiendan de los demonios y no me rinda a sus combates y
tentaciones. Mandad a vuestro ángeles que me guíen para que no ande errado y que
me alumbren para que no ande ciego y que pongan sus manos para que no tropiecen
mis pies en el camino peligroso de la vida. Asistidme con vuestros ángeles en el
momento de mi muerte y alcanzadme del Señor contrición verdadera de mis culpas,
para que presentada mi alma ante vuestro tribunal, merezca ser presentada por
vuestras manos ante el Tribunal de la Santísima Trinidad y entrar en la posesión
de la Gloria donde alabe al Señor para siempre y os dé eternas gracias de haber
conseguido con vuestra intercesión la bienaventuranza. Amén.
Oración
(Esta es
la única oración
que se va cambiando día a día, el resto desde el principio y hasta el final
(antes del segundo día) se mantiene igual)
Dios y Señor de los Ángeles, a
quien encomendáis la guarda de los hombres, os ofrezco los merecimientos de los
soberanos Espíritus y los del príncipe de los Ángeles San Miguel, que por Ti y
por medio de tus Ministros guarda la naturaleza humana, para que me guardéis de
todo pecado con una pureza angélica y me concedáis lo que pido en esta Novena, a
mayor gloria y honra vuestra. Amén
Nueve veces cada día, el
Padrenuestro (9) y el Avemaría (9),
en reverencia de los nueve Coros de los Ángeles y del Caudillo de todos, San
Miguel a quien dirá la oración siguiente:
Príncipe gloriosísimo San Miguel, Capitán y Caudillo de los Ejércitos
Celestiales, recibidor de las almas, vencedor de los malignos espíritus,
Ciudadano del Señor y Gobernador después de Jesucristo de la Iglesia de Dios y
de gran excelencia y virtud, libra a todos los que te llamamos y haznos
aprovechar en el servicio de Dios por tu precioso oficio y dignísima
intercesión.
Ruega por nosotros Beatísimo San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Cristo. Para
que seamos dignos de las promesas de Dios.
Oración
Todopoderoso sempiterno Dios, que por tu gran clemencia para la salud humana
nombraste al Glorioso San Miguel Arcángel maravillosamente por Príncipe de la
Iglesia, concédenos que por su saludable protección merezcamos aquí ser
defendidos de todos los enemigos, y en la hora de nuestra muerte, libres y
salvos seamos presentados a tu Divina y Soberana Majestad, por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
Luego alentando la confianza con las palabras que le dictara el propio afecto, o
con los afectos que le diera la propia devoción, pedirá a San Miguel el favor
particular que desea y dirá esta conmemoración:
¡Oh glorioso príncipe, arcángel San Miguel, que os acordáis de nosotros aquí y
en todo lugar, rezad siempre al Hijo de Dios por nosotros, Aleluya, Aleluya.
V. A los ojos de los ángeles cantaré a Ti, oh Dios.
R. Y adoración hacia tu Santo Templo y confesaré Tu nombre.
Oremos
Oh Dios, que en un orden maravilloso has creado los ministerios de los ángeles y
a los hombres, haz que tus santos ángeles que están a tu servicio, en todo
momento nos socorran a los que estamos aquí en la Tierra, por Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
Conmemoración a
Nuestra Señora
(Sancta Maria, succurre miseris)
Santa María, socorre a los miserables, ayuda a los pobres, conforta a los que
lloran. Ora por tu pueblo, intervén por el clero, intercede por las devotas
mujeres. Que experimenten tu ayuda, todos los que celebran tu festividad.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos
Concede Oh Señor y Dios nuestro, a los que somos tus siervos, gozar de perpetua
salud de alma y cuerpo, y que por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada
siempre Virgen María, nos libremos de las tristezas presentes y disfrutemos las
alegrías eternas, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Conmemoración a
San Rafael
Yo soy el Arcángel San Rafael, que asiste siempre delante del Trono de Dios,
para bendecirlo y contar todas sus maravillas. Aleluya.
V. Se puso un ángel cerca del altar del templo.
R. Con un incensario de oro en la mano.
Oremos
Oh Dios que bendijiste a tu siervo Tobías al enviarle al Arcángel San Rafael
para que fuese su compañero en sus caminos y buen y certero consejero.
Concédenos a nosotros también, tus siervos, que seamos protegidos por este mismo
arcángel y auxiliados por él en todo momento. Amén.
Conmemoración de
San Ignacio
Bien está, siervo bueno y fiel, porque has sido fiel en lo poco, te daré el
cuidado de lo mucho; entra en el gozo de tu Señor.
V. Nuestro Dios lo guió por caminos de justicia.
R. Y le reveló el Reino de Dios.
Oremos
Oh Dios que enviaste a la Iglesia Militante una nueva ayuda por medio del
bienaventurado San Ignacio, para propagar la mayor gloria de tu nombre,
concédenos, que luchando nosotros a ejemplo suyo y mediante su intercesión en la
Tierra, merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
Conmemoración de
San Francisco Javier
Despreció el mundo y sus riquezas y todas las cosas terrenales.
V. El Señor lo amó y lo embelleció.
R. Y le vistió de gloria.
Oremos
Oh Dios, que tanto te complace los milagros y la evangelización de tu siervo
Francisco Javier en la unión de las Indias
(*)
a la Santa Iglesia, concédenos que nosotros podamos venerar sus gloriosos
méritos y seguir su ejemplo y sus virtudes, por Nuestro Señor Jesucristo que
vive y reina en la unidad del espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
(*) Oriente asiático y
Japón.
SEGUNDO DIA
El autor lo explica así:
En este día y en todos los demás, se ha de hacer y decir lo mismo que en el
primero, variando sólo la Oración de los Ángeles, que se pone para cada día. Y
así empezará con el Acto de contrición y luego la Oración que empieza Soberano
Angel… y después la de este segundo día que es la siguiente:
Oración
Dios y Señor de los
Arcángeles a quien encomendaste los negocios gravísimos de vuestra Gloria, os
ofrecemos los merecimientos de estos nobilísimos Espíritus y los de San Miguel
Arcángel, que defendió vuestra honra y gloria contra Lucifer y sus ángeles, para
que yo busque en todas las cosas vuestra mayor Gloria y me deis lo que pido en
esta Novena. Amén.
TERCER DIA
Dios y Señor de los
Principados, a quienes encomendaste la guarda de los Reinos, os ofrezco los
merecimientos de los excelentísimos Espíritus y los del Príncipe de la Milicia
Celestial San Miguel. Guardia Mayor de todos los Reinos Cristianos, para que
guardéis el estado de mis sentidos y potencias de todo desorden y desobediencia
a vuestras leyes divinas y me concedáis lo que pido en esta Novena, a mayor y
gloria vuestra. Amén.
CUARTO DIA
Dios y Señor de las
Potestades, que tienen especial poder para frenar a los demonios, os ofrecemos
los merecimientos de los poderosísimos Espíritus y los de vuestro Siervo San
Miguel Arcángel, que alcanzó de los demonios la mayor victoria y con la misma
felicidad pelea continuamente contra ellos a favor de los hombres, para que me
defendáis de todas las tentaciones del mundo, del demonio y de la carne y me
deis lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
QUINTO DIA
Dios y Señor de las
virtudes, por los cuales hacéis milagros propios de vuestro soberano poder,
violentando a la naturaleza, para que sirva a vuestra gloria, os ofrecemos de
estos prodigiosos Espíritus y los de San Miguel, principal instrumento de todas
las maravillas que se hacen en el mundo, para que me concedáis que vencidas las
malas inclinaciones de mi corrompida naturaleza, conserve y aumente vuestra
gracia y consiga lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra.
Amén.
SEXTO DIA
Dios y Señor de las
Dominaciones, que presiden los Coros inferiores y son Ministros de vuestra
Providencia, os ofrecemos los merecimientos de estos Eminentísimos Espíritus y
los de vuestro primer Ministro San Miguel, Principal del Paraíso, para que me
concedáis perfecto dominio sobre mis pasiones y perfecta obediencia a todos mis
superiores y la gracia que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra.
Amén.
SÉPTIMO DIA
Dios y Señor de los
Tronos, en quien descansáis como en Trono de vuestra Gloria y os sentáis como en
Tribunal de Justicia, os ofrecemos los merecimientos de estos altísimos
Espíritus y los de san Miguel Arcángel. Trono de vuestra grandeza y Ministro
supremo de vuestra Justicia, para que me concedáis que yo me juzgue a mi mismo
con rigor, para ser después juzgado con piedad y consiga lo que pido en esta
Novena, a mayor honor y gloria vuestra. Amén.
OCTAVO DIA
Dios y Señor de los
Querubines, que estáis adornado de perfectísima sabiduría, os ofrecemos los
merecimientos de estos Sapientísimos Espíritus y de San Miguel, Príncipe de los
Sabios del Cielo, por quien enseñáis a vuestra Iglesia las verdades que necesita
saber, para que me enseñéis a temeros y amaros que es la mayor sabiduría y me
concedáis lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
NOVENO DIA
Dios y Señor de los
Serafines, que se abrazan en vuestro amor, os ofrecemos los merecimientos de
estos ardentísimos Espíritus y los de vuestro amado y amante San Miguel, para
que yo os ame a Vos, único Señor y Dios mío, sobre todas las cosas, con toda el
alma, todo el corazón y con todas las fuerzas y para que me concedáis lo que
pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
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