NOVENA A LA VIRGEN DEL TRANSITO
DOS NOVENAS INDEPENDIENTES
1
Esta novena a la Virgen del Tránsito es para dar gracias
a la Santísima Trinidad de los privilegios concedidos
a María el día de su Asunción.
Os adoro, Padre eterno, con toda la corte celestial, como a mi Señor y mi Dios, y os ofrezco infinitamente todas las gracias y favores que habéis concedido a la Santísima Virgen, vuestra hija muy querida. Os doy gracias especialmente por aquel poder grandísimo que le habéis comunicado en su Asunción al cielo. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Os adoro, Hijo eterno, con toda la corte celestial, como a mi Dios, mi Señor y Redentor, y os agradezco infinito las gracias y favores que habéis concedido a la Santísima Virgen, nuestra Madre querida. Os doy gracias especialmente por aquella alta sabiduría con que la habéis adornado en la Asunción. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Os adoro, Espíritu Santo, Espíritu Paráclito, como a mi Dios y Señor; os agradezco infinitamente todas las gracias y favores que habéis concedido a la Virgen, vuestra amantísima Esposa. Os doy gracias sobre todo por aquella caridad perfecta y divina con que habéis abrasado su santísimo y purísimo Corazón en el acto de su gloriosa Asunción al cielo. Humildemente os suplico, en nombre de vuestra Esposa sin mancha, me concedas la remisión de todos los pecados que he cometido desde el primer instante en que comencé a ofenderos hasta el presente. Me arrepiento de todo corazón, y tengo la firme resolución de sufrir la muerte antes que ofender de nuevo a vuestra divina Majestad. Por los grandísimos méritos y protección eficaz de vuestra Esposa querida, os suplico encarecidamente me concedas el don precioso de vuestra gracia y de vuestro amor divino. Concédeme aquellas luces y auxilios particulares, por medio de los que vuestra eterna Providencia ha determinado querer salvarme y conducirme a ella. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Pidamos todos los días de la novena las gracias que María promete.
2
Solemnidad de la
Asunción de la Santísima Virgen María
15 de agosto
Día primero
Oh, María sin
pecado concebida!
la más Preciosa Niña,
Reina de las Maravillas.
Regálame en este día,
hacerme pequeñito,
y siempre ser tu verdadero hijo,
para llegar algún día al Dios de la Vida.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día segundo
María, princesa
desde niña,
sobre la tierra sería ya nuestra guía
y en Ti resplandecería
el cumplimiento de las profecías.
Oh! mi dulce compañía,
guía a este siervo pequeñito,
que nada sería si en él no estaría
la Luz Divina.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día tercero
Vaso purísimo!,
Estrella mía!
que hilabas en tu Seno, como Virgen Inmaculada,
al Dios que amabas,
que por Él suspirabas
y que brillaba, en una Niña Casta
que se esposaba como Inmaculada.
Haz que la pureza en mí resplandezca
y que inunde toda la tierra que parece desierta.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día cuarto
Oh, María! del
mismo Dios alegría.
Oh, María! a la que el ángel saludaría
y le confiaría la más hermosa noticia,
que en Ti viviría el Dios de la Vida,
el Mesías esperado,
ya anunciado y por los corazones anhelado.
Oh, Lirio Perfumado! por el Señor siempre Santo!
haced que digamos siempre “Sí” y vivamos para Ti,
pues el Buen Dios a Ti nos dio
y desde la Encarnación te señaló
como Corredentora para nos.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día quinto
Madre mía, bella
María!
que en tus brazos acunarías,
al Sol que iluminaría nuestras pobres vidas.
Oh, María! cuyos ojos mirarían
con dulzura infinita al Niño que padecería
y nos redimiría en la Cruz un día.
Haz que seamos mansos y humildes de corazón
como lo fue siempre Nuestro Señor.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día sexto
Oh, Madre de
Redención!
cáliz de amor!
llévanos al Salvador,
misterio de alegría en el corazón
y en el que palpita la alabanza al Padre Creador.
Haz que la esperanza inunde nuestra alma,
pues es nuestro Dios, escudo de Salvación,
quien es nuestra protección
ya que con Su Sangre nos cubrió
y nos enseñó lo que es el verdadero amor.
Amén.
Día séptimo
Oh, María!,
Señora mía!
enséñame en este día,
lo que la caridad sería,
para llegar algún día
a la Tierra Prometida!.
Oh, María!, Rosa Castísima!
muéstrame el camino de la verdad
para que llegue a la santidad
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día octavo
Oh, María!,
Auxiliadora mía!
haced que el Espíritu Santo,
sea derramado
en esta pobre vasija de barro
y que sea por Él llenada
para purificarla y habitarla,
labrándola a tu semejanza.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y
Gloria.
Día noveno
Oh, Amadísima! oh,
Madre mía!
oh, Virgen María!
a la que los ángeles subirían
al Cielo con singular alegría.
Oh María, pináculo de amor!.
Oh, María!
reina hoy en cada corazón,
dándonos tu Inmaculado Corazón,
como Reina del Cielo y la tierra que sos!.
Oh, María, postrado ante Vos,
sólo tuyo soy, como esclavo de amor.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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