QUE MOLESTO A LA IGLESIA? (DE REGRESO A PEÑABLANCA)

¿QUÉ MOLESTÓ TANTO A LA IGLESIA DE ESE ENTONCES?

Mensaje de La Salette

Dice la Santísima Virgen a Miguel Angel:

Hoy viernes (7 de octubre de 1983), la Señora apareció llorando y me dijo:

Miguel, lo que voy a decirte ahora, no será un secreto, tendrás que publicarlo antes del 13 de octubre de 1983.

Luego me miró y me dijo: Traed todos los rosarios para bendecirlos y así lo hizo.

Luego comenzamos a cantar y muchos a rezar y me dijo:

Los Sacerdotes, Ministros de mi Hijo, por su mala vida, por su impiedad al celebrar los Santos Misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impurezas que claman venganza. La venganza está sujeta sobre sus cabezas.

Maldición a los Sacerdotes y personas consagradas a Dios, que con su mala vida crucifican a mi Hijo, Vuestro Señor. El mundo ya no implora misericordia ni perdón para los pueblos, porque no hay ya almas generosas. Mas no hay ya personas dignas de ofrecer la Víctima Inmaculada al Eterno, en favor del mundo.

Dios va a herir de un modo como no hay ejemplo. Desventurados los habitantes de la tierra; Dios va a agotar su cólera y nadie podrá sustraerse de tantos males reunidos.

Recuerden cuando me hice ver en Guadalupe, La Salette, Lourdes, Fátima, San Damiano, Garabandal, Chagres y hoy en Peñablanca. He dado siempre el mismo mensaje:

Rezad el santo Rosario, hacer penitencias, cambiar de vida.

La Santísima Virgen los citó para la siguiente aparición para el día 13 del mismo mes a las 12 del día.

Se le prohíbe a Miguel Ángel subir al cerro para ese día, orden del obispo de Valparaíso, y sucede algo muy bonito que deben leer en el libro de María Luisa Paredes.

Con esto se comprueba que el rechazo vino precisamente por la repetición del mensaje de La Salette y como consecuencia no se le permite, por orden del obispo Valenzuela, subir al Cerro el día 13 de octubre.

El 25 de agosto de 1984, diría la Santísima Virgen al vidente:

" Me duele mucho decir el Mensaje que yo he dado en La Salette, pero no cambian...no hay palabras malas, porque lo que está malo hay que decirlo para que el pueblo, aquella alma se convierta. Hay que hacerse pequeño en el mundo...

Y agrega, nuevamente repito el mensaje del 7 de octubre dado en La Salette:

"Muchos se avergüenzan de estas palabras, muchos dicen, no es vocablo de la Santísima Virgen, pero ellos quieren mandar más que el Creador. Cuando algo está mal, hay que decir lo que está mal para que aquella alma se libere de la atadura de Satanás.

"Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su impiedad en celebrar los Santos Misterios, por su amor al dinero, al honor y al placer se han convertido en cloacas de impureza y claman venganza, la venganza está sujeta sobre sus cabezas. Maldición a los sacerdotes y personas consagradas a Dios, que con su mala vida y sus sabores a lo terrenal, crucifican de nuevo al Señor, Nuestro Señor".

El mensaje del 25 de agosto responde a algunos sacerdotes que manifestaron que ese no podría ser el lenguaje de la Santísima Virgen y alguno con total desconocimiento se atrevieron a decir que La Salette no estaba aprobada por la Iglesia.

Con la prohibición en ese momento, queda más que demostrado que al clero chileno le molestó la llamada de atención de la Santísima Virgen. En vez de reflexionar sobre el mismo y aprovechar el llamado de atención, decidieron combatir las apariciones, pero el arzobispado de Valparaíso no tenía demasiada fuerza, necesitaba ayuda de alguien con más poder. La ayuda no se haría esperar. De sorpresa, recibe el llamado telefónico de un amigo...

¿Por qué ella repite este mensaje varias veces en Chile?

Simplemente porque ella estaba viendo el mal actuar de algunos sacerdotes y como Madre los estaba llamando a volver al camino correcto. A veces se debe amonestar con dureza para que la gente entienda.

En Chile y en el mundo los problemas con algunos sacerdotes iban en aumento y la Virgen les llama la atención. Ella ve lo que está sucediendo y sucederá porque está en eterno presente.

No vamos a poner la lista de sacerdotes cuestionados, pero son muchos.

¡¡¡¡Qué razón tenía la Santísima Virgen!!!

Este error le costó caro, y se hizo notar, la confianza de los católicos en la iglesia chilena es sólo de un 44%, datos del 2013, lejos la más baja de América Latina.