¡LA LUZ DE UN NUEVO AMANECER
SERÁ
LA ALEGRÍA DEL PUEBLO DE DIOS!
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros.
La luz de un nuevo amanecer será la alegría del pueblo
de Dios. ¡Adelante rebaño de mi Hijo, no os desviéis del camino que el cielo os
ha trazado!. Yo vuestra madre estoy con vosotros para guiaros y conduciros al
Reino de mi Padre. Por muy fuertes que sean vuestras pruebas, ¡adelante, no
desfallezcáis!; pensad en la gloria que os espera en la nueva y celestial
Jerusalén. El cielo bajará a la tierra y vuestros ojos rebaño de mi Hijo,
contemplarán la gloria de Dios.
Rebaño de mi Hijo, permaneced en el amor y que la fuerza del
amor os lleve a las puertas de la nueva creación. Hijitos, el amor es Dios y el
amor todo lo puede, confiad en Dios y nada os pasará; refugiaos en el amor y
hallaréis la paz y la fortaleza que vais a necesitar para afrontar los días de
prueba que se os avecinan.
Mil doscientos noventa días de purificación que serán
un sueño si permanecéis en el amor; a cambio se os dará la gloria de Dios en la
nueva creación.
¿Os habéis puesto a pensar criaturas en el gozo que sentiréis en la presencia de Dios?
Vosotros sois privilegiados entre todas las generaciones, porque a pesar de vuestra miseria y pecado, Dios os va a purificar y vuestra purificación será el pasaporte para estar en la gloria del Señor. ¡Cuántos profetas y almas bienaventuradas quisieron ver lo que vosotros muy pronto veréis!. El tiempo de vuestra prueba es nada en la eternidad y en la voluntad de Dios, comparado con la gracia que se os dará mañana cuando vuestro ser espiritual pueda contemplar al Rey en todo su esplendor.
Hijitos todo está a punto de comenzar, pero no temáis;
caminad con vuestra Madre y dejad que esta Madre amorosa os guíe a su Hijo y a
su Gloria; rezad mi Santo Rosario y nada debéis temer; mi rosario es el camino
para llegar a mi Hijo.
Yo soy el
Arca de Salvación que os llevará seguros a las puertas de la nueva creación.
Reuníos en torno a Mí, y yo os cuidaré como la gallina cuida a sus polluelos. No
permitiré que ninguno de mis hijitos se pierda; los cubriré con mi manto y los
calentaré en mi regazo, los tomaré de mi mano y los llevaré a la Gloria de Dios.
Que la paz del Dos Uno y Trino permanezca en vosotros. Vuestra Madre María,
Señora de todas las naciones.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
Mensaje dado a Enoch, Mayo
2012
(Mensajes de María)
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