¿EL HUMO DEL DEMONIO EN LOS SEMINARIOS?

¿EL HUMO DE SATANÁS DENTRO DE LOS SEMINARIOS?

¡Basta ya de silencios, gritad con cien mil lenguas, porque por haber callado el mundo está podrido!

Santa Catalina de Siena

Nos preguntábamos, después de leer las noticias en la prensa referidas a todos los esfuerzos que está realizando el Papa y el Vaticano por evitar dentro de la Iglesia Católica que se sigan cometiendo abusos a menores; ¿cuál podría ser la causa de tantos problemas dentro de clero?

Se confiesan más de 4.000 casos en la última década. Al ver la cifra recordamos la advertencia de la Santísima Virgen en La Salette:

"Que los que se encuentran a la cabeza de las comunidades religiosas presten atención a las personas que deben recibir, porque el demonio empleará toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, porque los desórdenes y la pasión por los placeres carnales serán difundidos por toda la tierra". Virgen María, (La Salette, 1846)

Muy fuerte lo que María advierte ya en el siglo XIX, y quizás no quiso ser más drástica, porque no sólo hay que preocuparse de seleccionar mejor a los postulantes, sino de prestar suma atención en elegir correctamente a los formadores de los futuros sacerdotes.

Es referente a este punto al cual nos referiremos y que pensamos que en parte puede ser la clave de todo el problema: Los formadores.

El arbolito desviado.

Los jóvenes entran llenos de ilusiones al seminario. Algunos dieron una férrea batalla con sus familias que les impedían elegir el sacerdocio. Otros en cambio fueron incentivados por ellas, quienes les estimularon a este noble apostolado. Familiares ilusionados y llenos de expectativas a los cuales no muchos están dispuestos a defraudar. La mayoría con un fuerte llamado de Jesús al sacerdocio, a la pureza y a la santidad. Servir a Dios y al prójimo.

Pero no a mucho andar, ya en el primer año de estudios se encuentran con una realidad que no se la esperaban. No hay un ambiente tan acogedor y tan santo como ellos se lo imaginaban…

Son prematuramente sorprendidos cuando los instructores difunden un rechazo frontal a las relaciones sexuales heterosexuales. Éstas están totalmente prohibidas y son condenadas, son satánicas. Sin embargo, son extremadamente condescendientes, flexibles y comprensivos en las relaciones homosexuales. La continencia que se debe ofrecer a Jesús, queda debilitada en la conciencia de los estudiantes. Es decir hay un tipo de relación sexual no totalmente prohibida ¿Y los mandamientos dónde quedaron? ¿Y la castidad?

Son jóvenes, llenos de energía y de inquietud sexual, donde deberán en esos años previos evaluar si son capaces de comprometerse en la castidad absoluta. Se les exigirá un voto de castidad permanente. De no ser así, desde el laicado también se puede servir a Dios. Podrían ser diáconos casados o laicos comprometidos.

Si estamos dando estas señales en los seminarios, con desconocimiento absoluto de parte de la alta jerarquía, estamos anidando en los estudiantes y en los futuros sacerdotes la necesidad y habitualidad sexual, práctica difícil de controlar cuando ya se ha hecho costumbre. Si comienzan con relaciones homosexuales en las etapas de formación, el sacerdote al pasar de los años las seguirá buscando. El arbolito que entró espigado ya se encuentra desviado.

Un instructor homosexual

Más grave aún es si el instructor tiene tendencias homosexuales y trata de expresarla con los jóvenes estudiantes. Entonces comenzarán los favoritos, las rencillas, los celos, los encuentros bajo llave, los besos en la biblioteca entre instructor y seminarista, etc. etc. Todo se ha desvirtuado, reina el caos total y el muchacho con deseos de santidad queda choqueado, desilusionado.

Vamos a recordar un caso y veremos cuándo algo puede ser malo o desaconsejable.

Que se hayan metidos a la piscina desnudos, porque fue idea de los propios estudiantes, no tiene nada de malo, pero que haya sido idea del sacerdote instructor y que más encima se haya desnudado y se haya bañado junto ellos, eso está mal, muy mal. Se debe mantener la jerarquía y el respeto.

Todo este libertinaje y malas actitudes incuban en el futuro sacerdote la necesidad carnal y malamente la expresan en el futuro con otras personas y más grave aún, con menores indefensos.

Perdiendo la masculinidad

Se ha visto también por parte de algunos instructores la intención de socavar la masculinidad de los estudiantes, frases como van a ser las esposas de Jesús, la permisividad en las relaciones homosexuales (besarse entre hombres es normal que pase) y otras conductas van orientadas a producir una inseguridad de género.

No señores, los sacerdotes son soldados de Cristo, luchadores contra Satanás, por la defensa de la iglesia, salvación de las almas. Recios masculinos, santos, valientes. Sacerdotes dudosos de lo que son, no le sirven a la Iglesia, más bien la dañan. Reforcemos a nuestros futuros sacerdotes como verdaderos hombres, por ningún motivo los feminicemos. Ya se han visto las consecuencias de este mal proceder.

¡Qué difícil es ver algo indebido y no poderlo decir!

Por último, brevemente decirles a los sacerdotes que no escondan y protejan a los sacerdotes pedófilos. Tendencia común entre ellos, al intentar manejar el asunto en forma discreta y entre cuatro paredes, aduciendo el argumento; para no dañar a la Iglesia aún más. Queda una sensación de impunidad entre los laicos; rabia, desilusión y rechazo.

Lo comprendemos, muchos son amigos y cuesta denunciar al hermano, pero hay que hacerlo. Hay también que reparar el daño ocasionado. La primera tendencia es a no creer, no recibir a la víctima, aducir que son puras falsedades, a culparla.

Cuantos santos sacerdotes ven cosas que no pueden denunciar, por esta hermandad mal entendida y porque si lo hacen serán segregados, rechazados por sus pares, perderán a muchos de sus amigos en el clero, serán acusados de traidores. Se tendrán que olvidar de cualquier ascenso dentro de la jerarquía de la iglesia. Sufren en silencio.

¿Por qué si María lo denunció ya en el 1846 no se le tomó en cuenta?

¿Por qué cuando en Peñablanca (1984) repite una y otra vez lo mismo que dijo en La Salette es rechazada? Una parte del clero raja vestiduras. Ese lenguaje, no puede ser de la Virgen.

"Los sacerdotes, ministros de Mi Hijo, por su mala vida, por su impiedad al celebrar los Santos Misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impurezas que claman venganza. La venganza está sujeta sobre sus cabezas. Maldición a los sacerdotes y personas consagradas a Dios, que con su mala vida crucifican a Mi Hijo, Vuestro Señor"

¿Qué les parece? La Santísima Virgen se refiere obviamente a algunos sacerdotes, no a todos. Pero como lo dijimos sólo en la última década hay 4.000 casos.

¿Tenía o no razón María Dama Blanca de la Paz en advertirlo?

Y nosotros los católicos ¿cómo quedamos? Ahí estamos apoyando a la Iglesia de Jesús, fieles, dando nuestros recursos para su sustento, participando.... pero hermanos, esto no puede seguir así. Hay que darle un corte definitivo.

¡ 4.000 denuncias en tan sólo 10 años !

Conclusiones:

Que la Iglesia preste suma atención a los formadores en los Seminarios, claves en la formación de futuros sacerdotes santos y valientes. La gran cantidad de sacerdotes denunciados por sus tendencias sexuales podrían ser explicados por una mala selección de los postulantes y peor aún por una mala formación en los seminarios.

Un arbolito bien cuidado desde el comienzo, será un fuerte roble en el futuro.

Los párrafos precedentes están basados en testimonios de casos reales.