DEVOCIONES DE LOS CINCO GOZOS DE SANTA ANA

 

 

 

 

 

 Acordaos de Santa Ana
(Para obtener algún favor especial)


  Acuérdate, oh santa madre Santa Ana, que jamás se ha oído decir que ninguno que han acudido a vuestra protección, implorando tu ayuda y pidió la intercesión de tu quedó sin ayuda, porque tú eres una madre más misericordioso y la ayuda a todos los que están en peligro.
Animado con esta confianza, me refugio en ti y te ruego, por tu gran prerrogativa de ser la madre de la Reina del Cielo y la abuela del Salvador del mundo, ven en mi ayuda con tu poderosa intercesión, y obtener de tu Inmaculada Hija este favor [mencionarlo]. En honor de los nueve meses durante los cuales te has soportar la siempre bienaventurada Virgen en tu seno y la llevó a otro sin mancha de pecado original, ahora rezan nueve Ave Marías, que te ofrecen a través de mi ángel de la guarda. Amén.
 

 

 

Los Cinco Gozos de Santa Ana


1. Oh piadosísima Santa Ana! Me permito recordar a ti de la gran dignidad concedido a ti por el Altísimo en la elección de ti para ser la madre de la Madre de Dios. Por esta gracia, te ruego, obtener de Dios para que pueda ser contado entre sus elegidos. Amén.

 Ave María.

 

 


2. Oh más noble Santa Ana! Me permito recordar a ti tú de la experiencia de una gran alegría cuando el ángel se te apareció y anunció que estás dispuesta a concebir una hija que se convertiría en la Madre del Hijo de Dios. Por esta gran alegría, os ruego, obtenga la paciencia y la alegría espiritual de ti para mí en todas mis adversidades. Amén.

Ave María.

 

 


3. Oh más excelente de Santa Ana! Me permito recordar a ti te de la experiencia de alegría cuando hiciste tú a luz el fruto de tu vientre. Por esta gran alegría, te ruego, obtenga la gracia de Dios y el favor para mí a través de tu Divino Hijo hija. Amén.

Ave María

 

 


4. Oh más feliz Santa Ana! Me permito recordar a ti tú de la experiencia de una gran alegría cuando tú has ofrecer a Dios el Padre tu hija de tres años en el Templo de Jerusalén. Por esta gran alegría, te ruego, obtén para mí la gracia de servir a Dios fielmente de acuerdo a mi estado de vida. Amén.

Ave María.

 

 


5. Oh bien Santa Ana, digno de toda alabanza! Me permito recordar a ti de la gran alegría, que es tuyo en el cielo al contemplar tu hija más amoroso y tu familia. Por esta gran alegría, te ruego, que me ayude en la hora de mi muerte, y me ayuda a alcanzar la vida eterna. Amén.

Ave María.

 

 

 

Otra devoción

 

 

Devoción a la Gloriosa Santa Ana

 

 

 

 Se ha de hacer los Martes delante de su Imagen, rezando cinco Padre nuestros, y cinco Ave Marías , en honra de sus cinco Gozos.

 

Las Oraciones siguientes:

 


PRIMER GOZO.


    Te reverencio, oh Ana Santísima, y me alegro con vos, de aquella gran prerrogativa, que Dios os dio, eligiéndoos entre todas las mujeres por madre de la gran Madre de Dios, y abuela de su Santísimo Hijo. ¡Cuánto gusto sentirá vuestra alma viéndoos exaltada  a tanto honor y escogida entre millares para esta gloria! Os suplico humildemente por esta gran dignidad vuestra, que alcancéis de vuestro Santísimo Nieto el perdón de mis pecados  y un acto de verdadera contrición antes de morir; y me ayudéis ahora, y en la hora; de mi muerte, y me tengáis propicio a Jesús mi Juez. Amén.

Padre nuestro  y Ave María.

 


SEGUNDO GOZO.

   Dios te salve, oh dignísima Madre de María, oh mi amada y abogada, me alegro con vos de aquel consuelo que tuvisteis, cuando después de muchos ruegos, os avisó el Ángel el parto de Hija tan digna. Me veis aquí postrado a vuestros pies y os suplico, que me aceptéis por vuestro hijo, y me alcancéis gracia que como tal os reverencie y os ame. Es verdad que no merezco este favor, pero hacedlo por amor de María; a lo menos recibidme por vuestro siervo, y ponedme en el número de vuestros devotos. A vuestra poderosísima intercesión me encomiendo y todas mis cosas ; haced que yo cumpla siempre la divina voluntad : os encomiendo la hora de mi muerte: alcanzadme gracia para que mi alma vaya a gozar de la bienaventuranza; qué así lo espero por la sangre de vuestro Santísimo Nieto, por la intercesión de María , y vuestra. Amén.

Padre nuestro  y Ave María.

 


TERCERO GOZO.


Te reverencio, oh Ana feliz, de cuya sustancia se formó aquella Virgen, que alegró el mundo; y me alegro con vos de aquel contento, que os ocasionó el traer en vuestro sagrado vientre a María Inmaculada, y el parir aquella, cuyo nacimiento dio tanto consuelo al Cielo y a la tierra: os suplico no me despreciéis a mí, pecador concebido y alimentado en pecados, haced que vuestra bendita Hija, de vos con, tanta santidad criada, me tenga entre sus mas amados devotos, y que me asista en la hora de mi muerte: esto os lo suplico por su Inmaculada Concepción, y alegre nacimiento. Amén.

 Padre nuestro , y Ave María.

 


CUARTO GOZO.

Me alegro con vos, oh Ana gloriosa, del gran gozo que tuvo vuestro corazón en dar el pecho, y hacer caricias a María Santísima vuestra Hija, siendo niña. ¡Cuánto contento debíais de sentir, cuando reía en vuestros brazos la inocente Niña! cuando con voz, aún no clara, os llamaba Madre, la que había de ser Madre de Dios: cuando pendía de vuestro cuello la Reina de los Ángeles: cuando entre tiernos besos acariciabais en vuestro seno a la criatura mas santa, mas bella, y más preciosa de todo el Universo. Por estos vuestros contentos os suplico que me ayudéis en mis tribulaciones, y trabajos, y en particular en las agonías de la muerte.

Acordaos de mí en aquel tiempo, en el cual tendré tan gran razón para temer. Asistidme entonces con Jesús, y Mamá, y alcanzadme una gracia eficaz para salir bien de esta miserable vida. Amen. Padre nuestro y Ave María.

 


QUINTO GOZO.


Os saludo, oh Ana bendita , y me alegro con vos de aquel gozo, que ahora tenéis en el Cielo a no sólo por la clara vista de Dios, sino también por ver a vuestra Hija María exaltada sobre todos los Coros de los Ángeles, hecha Reina de todo lo creado, constituida en tanta alteza; y ella reconociéndoos por su Madre, Señora, y Maestra, amorosamente os mira.

No hay en el Paraíso Madre tan feliz, que vea a su hija en tanta majestad y gloria, como vos, Ana felicísima: y lo que más admira, es, que aquel Señor, a quien adoran los serafines, os estima, y ama como a su querida abuela, llenándoos de favores, y beneficios, y oyendo liberal vuestros ruegos. Os suplico, Señora, por el grande amor que tenéis a vuestro Nieto, y a vuestra Hija , me alcancéis mucha gracia, para que yo vaya a ver en el santo Paraíso vuestra grandeza y gloria. Amen.

Padre nuestro y Ave María..



 

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