Dios Padre
El gusto que me dais, cuando me salváis un alma que estaba prácticamente condenada
Temas:
Cuando os falte de lo material, buscadme, Mis pequeños, os daré lo que
necesitáis y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro
de lo espiritual.
Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que aprender a
pedírmelo.
Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero dejándoos acompañar de
Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
Cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os daréis cuenta de
que todo lo demás era superfluo.
No os imagináis, Mis pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma
que estaba prácticamente condenada.
Primer Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Cuando os falte de lo material, buscadme, Mis pequeños, os daré lo que
necesitáis y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro
de lo espiritual.
Hijitos Míos, cuando vosotros tenéis una necesidad imperante, hacéis hasta
lo imposible para tratar de obtener lo que necesitáis, acudís a todos los medios
posibles para poder obtener ese bien, material o espiritual.
Voy a hablar más del bien material, porque es el que se os está acabando
en estos momentos. Hay mucha tensión entre vosotros
y Yo ya os había profetizado que
se os iba a ir quitando todo aquello de lo material, que tanto buscáis, para que
encontrarais lo espiritual,
que es lo que necesitáis cada uno de vosotros, y eso es lo que os va a traer la
alegría, actual y futura y no lo material que tanto estáis persiguiendo.
Pero a lo que voy, Mis pequeños, con todo esto, es que Yo os dije que el
primer Mandamiento es, “amarás a Dios sobre todas las cosas” y el segundo
“amaréis a tu prójimo como a ti mismo”. Si vosotros os amáis verdaderamente a
vosotros mismos y lucháis tanto por lo que necesitáis,
cuando veis a alguno de vuestros
hermanos en desgracia, ya
sea material o espiritual, debierais hacer hasta lo imposible por ayudarle.
Eso es lo que os estoy pidiendo en este mandamiento. Que cuidéis a
vuestros hermanos de la misma forma en que vosotros mismos os cuidáis y que
hasta lucháis tanto por lo que necesitáis, eso es verdadero amor, Mis pequeños.
Porque vosotros lucháis por lo que necesitáis para dar a vuestros hijos, a
vuestros parientes, a vuestros padres, a los que están bajo de vosotros y que
necesitan de vuestra ayuda.
Si fuerais verdaderos hermanos,
como debéis ser, como Yo os lo pedí, estaríais también haciendo lo imposible
porque vuestros hermanos tuvieran lo necesario para vivir bien. Pero,
ciertamente, estos son tiempos de purificación, como ya os lo he dicho.
Tendréis lo
necesario para que no os
quedéis con hambre, pero ya no habrá para cosas superfluas a las que estáis
acostumbrados, Mis pequeños. Os daré lo necesario para que no os falte, pero
también sentiréis esa falta, porque estáis acostumbrados a lo superfluo y esa
falta os llevará a que vosotros meditéis el que debéis llegar a Mí nuevamente,
que no es lo material lo
que os va a dar la verdadera alegría,
tanto en vuestro interior como dentro de vuestro hogar, sino el alcanzarme a Mí,
el probar de Mi Amor, el vivirlo y el transmitirlo y, a eso os estoy llevando a
toda la humanidad, a que nuevamente volváis a Mí y el tiempo que estáis
desperdiciando, en buscar con ahínco las cosas del mundo,
ahora deberéis utilizarlo para
buscar lo que es lo espiritual,
que eso sí es lo que os va a dar la alegría eterna, empezando ya desde la
Tierra.
Cuando encontréis esa alegría y la compartáis con vuestros hermanos,
entonces os estaréis dando cuenta de que viviréis ya como el pueblo escogido,
como el pueblo hermanado,
como el pueblo en que se cuidan los unos a los otros,
porque debéis ser como verdaderos hermanos que sois.
Todo esto, que se verá como un aparente mal para todos vosotros,
tarde o temprano Me lo
agradeceréis, porque os
llevará a una alegría suprema, que es vuestra hermandad y que es el acercarse a
Mí, vuestro Padre y vuestro Dios.
Gozaréis esos
momentos, Mis pequeños, porque lo material nunca os va a dar un gozo tan sublime
y tan completo como lo da lo espiritual.
Cuando os falte de
lo material, buscadme, Mis pequeños, os daré lo que necesitáis
y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro de lo
espiritual. No Me hagáis a un lado
y menos Me reprochéis lo que esté
sucediendo en vuestro hogar y a vuestro alrededor,
porque vosotros atrajisteis ese mal a vosotros mismos cuando os apartasteis de
Mis Leyes y de Mi Amor. Habéis hecho vuestras propias leyes, no habéis hecho
caso de lo que Yo os pedía, que era para vuestra perfección.
Sufriréis tanto como cuanto
necesitéis, para que volváis nuevamente a el cumplimiento de Mi Amor y de Mis
Leyes y Decretos que os he dado.
Si os arrepentís de
corazón, volvéis a Mí, y empezáis una nueva vida en Mí, respetando lo que Yo os
he dado, ahí terminará vuestra prueba, porque ya habréis logrado lo que Yo
quería.
Vivid pues de
acuerdo a como Yo os pido, Mis pequeños y lo antes posible, para que la prueba
no sea fuerte ni larga, Mis pequeños. Acortad el tiempo y esto lo lograréis así,
volviéndoos a Mí, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que
aprender a pedírmelo.
Hijitos Míos,
ciertamente vosotros veis tribulación a vuestro alrededor. La veis en los
gobiernos de la Tierra, en Mi propia Iglesia, en vuestra familia, en vuestro
trabajo, a todos los lugares a donde vais. Todos vuestros hermanos se quejan de
algo y hay peores lugares, en donde la tribulación es más fuerte, pero habéis de
saber, Mis pequeños, que toda esta tribulación que veis a vuestro alrededor, ha
comenzado en vuestro corazón.
Sí, ciertamente vosotros mismos habéis creado esta tribulación porque, en
vuestro corazón, se vive toda esta maldad, todo el error. Todo lo que veis a
vuestro alrededor, en lo visible, lo tenéis vosotros, internamente, en lo
invisible y sabéis que así es, Mis pequeños, porque os habéis apartado de Mí y
así habéis perdido toda esa espiritualidad que debe guiar vuestra vida.
Mi Hijo a eso vino a la Tierra, Él, como Maestro de Amor, os dejó Sus
Enseñanzas, que son Mis Enseñanzas, os dejó Su Vida, que es la Mía,
os dejó el gran regalo del Cielo
que Yo Le pedí os dejara, para que pudierais vosotros ir gozando de los Bienes
Celestiales y, ciertamente, sí, ejercitándoos para obtenerlos.
Vosotros mismos os debéis negar a vosotros mismos, para que no
desperdiciéis lo espiritual que cada uno de vosotros debe tener y con lo que
vosotros debéis luchar aquí en la Tierra,
que es contra las fuerzas de
Satanás, para poder
alcanzar de Mis Bienes.
Yo os voy observando y, hasta que no veo que realmente lucháis por lo Mío,
aun a pesar de las caídas, de los dolores, de las preocupaciones,
cuando ya veo que verdaderamente
habéis luchado por lo que es Mío,
os lo concedo. Mis regalos, Mis pequeños,
son invaluables, tienen un valor
infinito, porque vienen de Mí y, eso es lo que os concedo, Mis pequeños, cuando
realmente buscáis lo que es Mío.
Lo que primero os
separa de Mí, lo sabéis, es el pecado.
Os he dicho tantas veces que Yo quiero derramar abundantemente Mis Bendiciones
sobre cada uno de vosotros,
pero la gran mayoría de vosotros
no Me llamáis para obtenerlos,
pero cuando veo que vosotros hacéis sacrificios, penitencias, mucha oración y
que realmente Me estáis buscando,
Yo Me dejo encontrar.
Muchos os habéis vuelto flojos, no queréis luchar por lo que os pertenece,
lo queréis todo fácil
y así no valoráis
realmente lo que Yo os doy.
Con los bienes de la Tierra sucede lo mismo.
Cuando se os da todo fácil,
gratuitamente, no valoráis lo que se os da.
En la mayoría de los casos, es un ser querido, ya sea el padre, la madre o
alguien cercano a vosotros, el que trabaja arduamente por aquello que ve que
necesitáis y luego os lo regala, pero como a vosotros no os costó trabajo el
obtener ese bien, no lo apreciáis, como aquél hermano vuestro que ha luchado
tanto por regalaros ese bien. Por eso os digo, Mis pequeños,
que si queréis ganar Mi Reino, el
Reino de los Cielos, también debéis luchar fuertemente contra todo aquello que
no os permite fácilmente obtener de Mis Bienes y sobre todo, de mantenerlos en
vuestro corazón.
Luchad pues, Mis pequeños, por lo que Yo os doy y lo que os puedo dar,
porque son tantas, tantas Bendiciones, regalos, amores inimaginables,
Bendiciones inmensas que Yo os
puedo dar, pero que vosotros no Me pedís, ni tenéis la confianza de pedirlos.
Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que aprender a
pedírmelo.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer
Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero
dejándoos acompañar de Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
Hijitos Míos, os he dicho que todo aquél que busca, encuentra.
Ciertamente, Mis pequeños, quisiera, Yo, derramarme completamente sobre cada uno
de vosotros, para que tuvierais todo lo que vuestros Primeros Padres tenían en
el Paraíso, lugar bellísimo, lugar de consentimiento, lugar de Mi Amor, pero lo
perdieron por una tontería y todo eso tiene que ser renovado, Mis pequeños.
Ciertamente esa tontería
que fue el darme la espalda, Le costó la Vida a Mi Hijo. Se dio por todos
vosotros para poder abrir nuevamente las Puertas del Reino.
Vosotros estáis obligados, Mis pequeños, por ese Amor que os dejó Mi Hijo,
a caminar por el camino del Bien que Él os mostró. Él caminó primeramente ese
camino que Le pedí caminara, para que vosotros aprendierais a ganar nuevamente
Mi Reino, ciertamente es
un camino de dolor, porque el dolor terminará cuando termine este mundo y
después del Juicio Final, el dolor no volverá a darse.
Ahora es vuestro turno, Mis pequeños, de que empecéis vuestra
santificación, que es vuestro amor pleno hacia Mí. Es el aceptar Mi Voluntad en
vuestra vida, es el que os dejéis guiar por Mí, como Mi propio Hijo se dejó
guiar por Mí y así os lo hizo ver, cuando Él queriendo hacer a un lado Su Cáliz,
aceptó Su Misión y Mi Voluntad sobre Él, diciendo “que se haga Tú Voluntad,
Padre y no la Mía”. Ojalá pronto aprendierais, Mis pequeños, a repetir esta
frase y la vivierais de corazón, porque entonces aseguraríais ya vuestra
santificación, porque al entrar Yo plenamente en un alma, necesariamente se
santifica, porque Yo no voy a entrar a un lugar donde está sucio, mal oliente,
traicionero. Si Yo entro a un alma, es para impregnarla de Mi Santidad,
por eso, aquellas almas que
aprenden a decir “que se haga en mí Tú Voluntad”,
ya están asegurando su santificación y su regreso al Reino de los Cielos.
Aprended pues, Mis pequeños, de lo que Mi Hijo os dejó y
sobre todo, aprended a soltaros
plenamente, en totalidad, pero con humildad y con amor, a Mi Voluntad y,
entonces, empezaréis a vivir las delicias del Cielo aquí en la Tierra y
repetiréis, como san Agustín dijo: “¡qué tarde te conocí!”
Estáis desperdiciando,
Mis pequeños, mucho, por estar viviendo para el mundo, para la Tierra, para
Satanás. Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero dejándoos
acompañar de Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os
daréis cuenta de que todo lo demás era superfluo.
Hijitos Míos, ya os
he dicho que vuestro retorno hacia Mí, debiera ser en el Amor, pero como veo que
una gran cantidad de vosotros no estáis viviendo en el amor, por eso, las
pruebas que se vienen, que serán fuertes, harán que regreséis a Mí, vuestro
Dios, ciertamente, por temor a perder vuestras cosas materiales, por temor a
perder vuestra vida, por temor a perder lo que vosotros tanto valoráis, que es
todo lo tangible a vuestro alrededor y lo que poseéis.
Mis pequeños, debéis regresar a Mí en el amor, porque fuisteis creados en
el Amor, pero si por temor empezáis a regresar a Mí, ciertamente os tomaré, pero
Yo os llevaré hacia el Amor.
Yo no puedo permitir tener ante
Mí y Conmigo en el Reino de los Cielos, a un alma temerosa, las almas que
lleguen a Mí, tienen que venir consientes de que deben de vivir en el amor.
Cuando las almas, todos vosotros, os deis cuenta de que, cuando os llenéis
de Mí, cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os daréis
cuenta de que todo lo demás era superfluo.
Ciertamente, las almas que Me buscan y por las que Me he dejado encontrar,
permito que ellas ya vayan sintiendo Mi Presencia, para que tengan esta
experiencia de vida espiritual, y, por ella es así, por como veis a vuestros
hermanos que Me han encontrado, en ese momento tienen un cambio fuerte, en donde
se dan cuenta de que no era en lo material por lo que debían vivir y luchar,
sino en lo espiritual, que Yo tanto les pedía y, muchos, aun a pesar de tener
bienes inmensos, lo dejan todo por seguirme.
Veis a aquel muchacho rico que se le acercó a Mi Hijo, ciertamente tenía
buenas intenciones, quería un cambio de vida, estaba buscando su perfección,
pero cuando le dijo Mi Hijo que dejara todo y lo repartiera entre los pobres, es
cuando realmente brotó, espontáneamente y desde lo más profundo de su corazón lo
que realmente él era y lo que buscaba. Se fue abatido; las intenciones que
mostró a Mi Hijo, no eran intenciones que vinieran desde lo más profundo de su
corazón, eran intenciones superficiales, buenas, pero superficiales, no
arraigadas en lo profundo de su corazón,
porque cuando vio que tenía que
dejar todo lo material, sufrió, sufrió profundamente, porque era rico y no
quería verse en la pobreza, en la que Mi Hijo y Sus seguidores vivían.
Por eso, aun vosotros, Mis pequeños, a los que he permitido que tengáis
suficiente de los bienes de la Tierra, debéis vivir como pobres, porque
primeramente debéis saber que vuestros bienes no son vuestros, he permitido que
los tengáis, para que los podáis compartir con vuestros hermanos, para que deis
buen ejemplo, ante otros de vuestros hermanos, que vosotros sí compartís de lo
que tenéis y, que Yo, siempre os voy a dar más.
Cuando compartáis de lo
que tenéis, pero con amor y no viendo un posible negocio Conmigo, de que Yo os
voy a multiplicar lo vuestro, al treinta, al noventa o al cien por ciento de los
bienes que vosotros deis a vuestros hermanos, si pensáis así, nunca tendréis de
lo Mío. Dad con amor y también recibiréis, de Mí, con Amor.
Pero os repito, Mis
pequeños, que debéis buscar primeramente los Bienes del Reino, de Mi Reino, de
vuestro Hogar y que debéis luchar por ellos y, al vivir en esa pobreza
espiritual, aún teniendo abundantes bienes materiales, es cuando obtendréis Mis
Bendiciones y ya no valoraréis lo que tanto valorabais de lo material,
empezaréis realmente a valorar lo que son los Bienes del Cielo cuando Me
encontréis.
Pedidme esa Gracia, Mis pequeños, éste muchacho rico se entristeció y no
quiso luchar por encontrar los Bienes que Mi Hijo le podía dar, simplemente se
alejó triste, como dicen las Escrituras.
Vosotros no os deis por vencidos,
buscad los Bienes del Cielo y éstos llegarán a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: No os imagináis,
Mis pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma que estaba
prácticamente condenada.
Hijitos Míos, aunque ya os he dicho que el tiempo ya está sobre vosotros,
todavía podéis hacer mucho por vosotros mismos y por vuestros hermanos.
Os he dicho que hasta
en el último segundo de vuestra
vida, Yo os puedo salvar,
si vosotros os arrepentís, pero esto también vale, Mis pequeños, por
vuestra intercesión
hacia vuestros hermanos. Podéis hacer mucho todavía por la salvación de aquellos
que están prácticamente condenados. Vuestra intercesión vale muchísimo, Mis
pequeños, y sobre todo, cuando la hacéis como os lo pedí:
que orarais como si fuera para
vosotros mismos.
Muchas, muchas
almas, posiblemente se puedan perder, si vosotros no las asistís con vuestra
oración, con vuestra donación, con el ofrecimiento de vuestra vida entera,
ofreciéndome lo bueno que tenéis, que lográis y también vuestras penas, dolores,
sacrificios, penitencias, todo lo que hagáis unidos a los méritos de Mi Hijo
para salvar a estas almas que tanto lo necesitan.
No os imagináis, Mis
pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma que estaba
prácticamente condenada.
Pedidme, Mis pequeños, que Yo os asista, que ore junto con vosotros, que
os enseñe a orar, para que Me regaléis esas almas tercas, pecaminosas y aún
malvadas que no quieren venir a Mí. Ahora,
estas almas están ahogadas en el
pecado, están saturadas de
maldad y no se dan cuenta de lo que es Mi Gracia, de lo que es Mi Amor, pero
cuando vosotros, por vuestra oración y vuestra donación, oráis por ellas y Yo
las salvo por vosotros, por vuestra intercesión, es cuando Yo les doy la Gracia
de entender en el estado en el que estaban y lo que ganaron y la renovación
espiritual que lograrán, para poder entrar al Reino de los Cielos.
Pero es vuestra oración y
donación lo que produce este milagro de amor, Mis pequeños.
Os vuelvo a pedir y a repetir,
no desperdiciéis vuestro tiempo,
aunque ya estáis sobre el tiempo y al decir que estáis ya sobre el tiempo, es
que las tinieblas ya cubrieron totalmente la Tierra y, es la maldad la que está
a vuestro alrededor, no dejándoos a vosotros actuar libremente en el bien, sino
que os ataca fuertemente, para que os apartéis del bien que podáis hacer y quizá
hagáis un mal que él os propondrá que hagáis y que de esta forma os hará que
vosotros os vayáis ahogando más en ésa maldad que ya cubre la Tierra.
Tenéis Mi Luz en vuestro interior, apoyaos en ella, para que podáis hacer el
bien a vuestros hermanos.
Dadme muchas almas, Mis pequeños y os lo agradeceré inmensamente y vuestros
hermanos salvados, también.
Gracias, Mis pequeños.
Página Principal (Índice del tema)
Páginas principales
Índice General y páginas misceláneas
Meditemos con Jesús (importante)
Reflexiones y mensajes de María
Mensajes: El Libro de la Verdad
Videos de música religiosa (popular)
Rosarios, Coronas y Coronillas
Esta página pertenece al sitio "Oraciones y Devociones Católicas"
Visite siempre la Portada del sitio, siempre hay algo interesante ahí.