Dios Padre
Orad vosotros, los que estáis Conmigo, para que se dé este cambio ya
Temas:
La purificación se está dando ya, no es manifiesta todavía como quisierais verla
ya, pero vais sintiendo el cambio.
Vivid más en Mí, Mis pequeños, olvidaos de vosotros mismos y tomad vuestra
misión como Mi Hijo se tomó a Su Cruz, amad vuestra misión como Mi Hijo amó Su
Cruz.
Ciertamente cuando vosotros vivís unidos a Mí, todo lo que hacéis se une al
Cielo, cuando vosotros Me lo ofrecéis y camináis a la par Conmigo.
El dinero de este mundo, os puede llevar a alcanzar la Gloria cuando actuáis en
Caridad, que también a condenaros, cuando entráis en avaricia o usando esos
bienes para vuestra destrucción espiritual.
Vuestra vida es un don muy grande que os he concedido, vuestra vida es un tiempo
pequeño en la eternidad, vuestra vida, que es Mi tiempo que os he concedido para
servirme.
Volved pues a lo que Mi Hijo os pidió, a lo que Él os enseñó, respetad las Leyes
y Decretos que os dio Nuestro Padre Dios, vivid en Caridad unos con los otros y
así iréis destruyendo la maldad.
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.
Ofrecimiento,
Habla Dios Padre.
Sobre: La purificación
se está dando ya, no es manifiesta todavía como quisierais verla ya, pero vais
sintiendo el cambio.
Mis pequeños, es Mi Amor quien os reúne, es Mi Amor el que os
quiere llevar a la santidad de vida, es Mi Amor el que quiere vuestra perfección
y bajo hacia vosotros, estoy entre vosotros y quiero esto, Mis pequeños, para
que vosotros os vayáis acostumbrando a convivir con vuestro Dios. Os
asombraríais, Mis pequeños, saber cómo es Mi Bondad, cómo es Mi Misericordia,
cómo es Mi Amor hacia vosotros y cómo os quiero unir Conmigo, con vuestro Dios y
Señor, con el Amor Infinito.
Mis pequeños, vosotros vivís para Mí, vosotros vivís para el Amor,
vosotros estáis destinados
a la unión íntima Conmigo y eternamente, Mis pequeños,
porque sois parte
de Mí, que Soy El Eterno.
Si vosotros realmente vivierais Conmigo y vierais cómo Me derramo,
en Mi Amor continuamente, vosotros debierais igualarme, ciertamente a vuestro
nivel, porque sois pequeñitos, pero estáis en la Tierra para eso, Mis pequeños.
Mi Hijo os enseñó a derramar Mi
Amor, sobre todos los hombres, lo hacía de persona a persona y lo hacía en
oración hacia toda la humanidad y de todos los tiempos.
Vosotros os distraéis demasiado y perdéis demasiado de Mi tiempo
porque estáis en la Tierra para servirme. Os embebéis en cosas que no tienen
importancia; si al menos
hicierais lo posible para salvar a un alma cada uno de los días de vuestra vida
sobre la Tierra, eso sería ya un gran regalo para Mí,
vuestro Dios.
Podríais salvar, al menos, a un alma con vuestra oración, con vuestra donación,
con el estar Conmigo, con vuestro Dios. No aprovecháis el tiempo que Yo os he
dado de vida para servirme y
lloraréis ese tiempo
desperdiciado cuando regreséis a Mí,
porque pudisteis haber hecho tanto por Mí y por vuestros hermanos, pero no os
dais cuenta de lo que perdéis, porque no queréis estar Conmigo plenamente.
Vosotros os debéis donar a Mí, como Mi Hijo Jesucristo se donó, Él
vino a servirme y a aceptar Mi Voluntad en Su Vida.
¡Cómo amo a las almas que se
donan a Mí plenamente!, y
las lleno de Bendiciones y regalos espirituales, porque sé que esas almas, lo
que están recibiendo, también lo donarán. Sé que esas almas aprovecharán todo lo
que Yo les mande como crecimiento espiritual, porque ellas se han dado
perfectamente a Mí para salvar a sus hermanos.
Es el Amor, Mi Verdadero Amor, el que debe mover vuestras vidas, a
vuestro mundo y al universo entero. Si vosotros apreciarais realmente lo que es
Mi Amor, anonadados quedaríais. Ciertamente no os lo doy en totalidad y quisiera
que vosotros gozarais en totalidad Mi Amor, pero no lo apreciaríais, por eso
os lo voy dando como con gotero,
gota a gota, que vaya cayendo Mi Amor sobre vosotros. En algunos caerá más
rápido esa gota, en otros más lento, de acuerdo a como abráis vuestro corazón a
Mis deseos y al como actuéis vosotros, aceptando Mi Voluntad en vuestra vida.
Por Mi Amor debe venir este cambio que tanto os he prometido y al
que os he ido preparando. Las almas obedientes, las almas que están Conmigo, que
atienden a Mi Llamado que, aunque no ciertamente se hayan dado en totalidad por
Mí, pero que saben reconocer el Llamado de su Dios,
son las almas que gozarán más
este cambio y que
aceptarán Mi Voluntad durante la Purificación de los nuevos tiempos por venir.
Me da tanta lástima, Mis pequeños, por todas aquellas almas que,
aun teniendo la oportunidad del cambio, porque estoy permitiendo que de una u
otra forma Mi Llamado llegue a todas las almas de la Tierra, no lo quieren
aceptar. ¡Qué tristeza Me da por estas almas!, porque están llamadas a vivir en
Mi Reino, a llenarse de riquezas espirituales y aun materiales que Yo concederé
a las almas que Me sigan, pero prefieren estar en lo suyo, prefieren lo que
ellas hacen y a lo que se dedican y desconfían de Mi Llamado.
Pobres almas que están perdiendo
tesoros infinitos.
Cómo quisiera, Mis pequeños, que vosotros siguierais al Pastor
Eterno, con esa confianza como el de las ovejas, que escuchando la voz del
pastor le siguen, sabiendo que les lleva a lugares en donde pueden comer y
descansar sin ningún peligro.
¡Pobres almas Mías que no quieren
escuchar al Pastor y entonces viene el lobo y las destroza!,
el demonio está al acecho, el demonio no os ama, el
demonio
destruye la espiritualidad que os iba a dar la salvación eterna y
él os lleva a la condenación
eterna.
Mis pequeños, la purificación se está dando ya, no se manifiesta
todavía como quisierais verla ya, pero vais sintiendo el cambio. Poco a poco
estáis sintiendo la recuperación de lo espiritual, vosotros, los que estáis
Conmigo. Vuestra alma va
dejando el mundo, vuestra alma se va acercando más a Mí, ya no os interesan
tanto los bienes del mundo, os gusta estar Conmigo, os gusta la oración, os
gusta hablar de Mí, os gusta leer cosas bellas que os hacen crecer
espiritualmente y os aburre ya lo que es del mundo. Mi Santo Espíritu ya está
actuando en vosotros, de un tiempo para acá os está preparando para lo bello que
os he prometido, que es el banquete celestial con vosotros, ya, de antemano,
vais gozando poco a poco de Mi Presencia en vuestro ser.
Yo Soy así, Mis pequeños,
Yo Soy Sencillo,
os voy moviendo poco a poco, voy respetando vuestro libre albedrío.
No Me impongo,
permito que vayáis entendiendo poco a poco Mi Dulzura, Mi Amor en vuestro ser y
de esta forma no os asusto. Vosotros vais tomando de Mi Alimento, como el primer
alimento que van tomando los bebés, un alimento suave, un alimento que no le cae
pesado al bebé y que lo va aceptando su ser para alimentarse y alimentarse
correctamente. Así vosotros estáis recibiendo lo Mío, no os he presionado, como
Satanás lo hace, que hasta os encadena y os quita la libertad,
Yo, en cambio, respeto vuestra
libertad, respeto vuestro libre albedrío y os doy la oportunidad de escoger lo
Mío o rechazarlo.
Ciertamente,
cuando escogéis estar Conmigo, Me alegro grandemente porque sé que cuento con un
alma más a la que puedo llamar “Mi hijo”, quiero muchos hijos en la Tierra,
hijos, como Mi Hijo Jesucristo, que acepten Mi Voluntad, que vivan en el Amor,
que transmitan el Amor, que se den unos por los otros para ayudarse en su
salvación eterna.
Ciertamente las almas que no quieren aceptar Mi Voluntad,
vendrá hacia ellos un llamado más
fuerte pero, aún así,
respetando su voluntad y su libre albedrío y sin asustarles, aunque sí;
será de gran sorpresa para estas
almas que alejadas de Mi
Amor están.
Orad, vosotros, los
que estáis Conmigo, para que se dé este cambio ya, Mis pequeños, un cambio que
Yo deseo de todo corazón, porque quiero ya estar entre vosotros, para que os
reunáis alrededor Mío, para que recibáis Mis Caricias, Mis Besos, Mi Amor.
Dejad que el mal se vaya destruyendo poco a poco porque, vosotros,
al estar Conmigo, él ya no tendrá vida, porque al no tener a quien atacar y
quien le haga caso, poco a poco se eliminará,
Satanás no puede contra Mi Amor,
llenaos con Mi Amor y él se
apartará de vosotros. No
le deis cabida a Satanás en vuestra vida ni en este mundo, porque vosotros
debéis vivir en Mi Amor y sembrarlo en los corazones de vuestros hermanos como
Mi Hijo Jesucristo lo hizo. Este es vuestro tiempo, un tiempo Divino, en que
vosotros estáis actuando para que sea Mi Voluntad en todo lo creado.
Dadme todo vuestro ser, dadme vuestra vida entera, y Yo os daré
otra vida que vosotros aún no conocéis,
pero cuando la tengáis, no
sabréis cómo agradecerme tantas bellezas, tantas Gracias y Bendiciones que
derramé sobre cada uno de vosotros.
Os amo, Mis pequeños, y os bendigo para que estéis siempre en Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.
Primer Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Vivid más en Mí,
Mis pequeños, olvidaos de vosotros mismos y tomad vuestra misión como Mi Hijo se
tomó a Su Cruz, amad vuestra misión como Mi Hijo amó Su Cruz.
Hijitos Míos, ya os había dicho que la Luz, Mi Luz iba a ir
purificando a toda la Tierra y que iba a ir dando Luz a todos vuestros hermanos
que en tinieblas están. Ya os había avisado que las tinieblas están cubriendo la
Tierra y que solamente hay
unas lucecitas que son como vosotros,
que están manteniendo Mi Luz, para que no se apague, que Yo os he dado y que
vosotros mantenéis viva en vuestro corazón.
Esa Luz es la Esperanza que muchos de vuestros hermanos están
esperando y vosotros se la daréis.
Las almas saben que tiene que
venir un cambio, la Tierra entera siente ya esa necesidad del cambio.
Algunos de vuestros hermanos oran por ese cambio, otros se atemorizan y otros no
les importa lo que pueda pasar.
La Luz que vosotros traéis, va alumbrando poco a poco y
especialmente cuando os unís en grupos, pero no solamente en vuestro grupo, Mis
pequeños, vuestro grupo se va uniendo espiritualmente a todos los grupos de la
Tierra y, de esta forma, se va dando esa potencia de Mi Luz, de Mi Vida, que no
se apaga y poco a poco esas tinieblas se van a ir disipando y Mi Luz se tendrá
que dar sobre la Tierra. Mi Amor, Mis Enseñanzas, Mi Vida, se deben manifestar
plenamente sobre todos los hombres.
Vosotros
habéis sido llamados a esta bella tarea y seréis bendecidos grandemente en el
Reino de los Cielos, porque disteis vuestro “fiat”, vuestro “sí” al llamado que
Yo pedí a vuestra alma y accedisteis y os lo agradezco desde ahora, Mis pequeños
y, ciertamente, os voy cuidando de todo mal a vuestro alrededor.
Todavía tendréis que hacer más por vuestros hermanos, hasta que
vosotros mismos gocéis con la vida Divina que se dará sobre la Tierra cuando,
por fin, Mi Amor, Mi Vida, Mi Luz, le quite toda potencia al mal, disipando
todas las sombras que ahora opacan la mente y el corazón del hombre.
Cuando os digo que Mi Luz se derramará sobre la Tierra, no es
solamente una Luz que vuestros ojos verán, sino una Luz que purificará vuestra
alma y que le dará a vuestra alma potencias grandísimas, como las que tenían
vuestros Primeros Padres y que ahorita no os podéis ni siquiera imaginar y, ése
será Mi regalo para todos Mis hijos fieles, para todos aquellos, como vosotros,
que aún pudiendo vivir en la oscuridad y gozando de los bienes de la Tierra, no
quisisteis, sino que preferisteis estar Conmigo.
Será un regalo muy grande, porque
también muy grande ha sido vuestra donación a Mí, vuestro Dios.
Ciertamente consiento a las almas que están Conmigo y, especialmente, en estos
tiempos que son decisivos para el gran cambio de la humanidad.
Me valgo de vosotros, Mis pequeños, para que muchos de vuestros
hermanos recuperen el camino, que las sombras ya no los opaquen, para que Mi Luz
pueda entrar perfectamente en ellos. Orad por estas almas que viven opacadas,
queriendo decir, destruidas por las sombras de Satanás, que es el pecado a donde
os ha llevado y que muchas
almas no saben ni cómo liberarse de ellas.
Vosotros ya sois almas crecidas, almas adultas, que habéis
encontrado el Amor, Mi Amor y tenéis la obligación de ayudar a vuestros
hermanos, que son almas pequeñas, infantiles, porque no han querido crecer o
porque no se les ha enseñado a crecer. No las critiquéis, no las hagáis a un
lado, debéis de ayudarlas, darles la mano, levantarlas como podáis.
Dejad que Mi Santo Espíritu, en
vosotros, os mueva, para que de vosotros salgan palabras sabias, amorosas,
tiernas y sobre todo convincentes, para que estas almas regresen a Mí.
Los apóstoles
de Mi Hijo llevaban a Mi Santo Espíritu y es así como fueron moviendo los
corazones de todo el mundo.
Ciertamente es por Mí, por Mis Gracias y Bendiciones, que vosotros
podéis hacer algo, porque por vosotros mismos no estáis capacitados. Las almas
soberbias se creen grandes, que todo lo pueden hacer pero, al estar alejadas de
Mí, se vuelven incapaces de actuar en Sabiduría, actuar en la Verdad, actuar
rectamente.
Habéis sido llamados para ayudarme al gran cambio que se tiene que
dar en el Universo entero.
Vuestra misión es grande, es sublime y por eso os pido que no desperdiciéis Mi
tiempo en vosotros, porque
vuestra vida es el tiempo que Yo os he concedido para servirme.
Os pido salvéis a cuentas almas
podáis y especialmente con vuestro ejemplo, como el ejemplo que dio Mi Hijo
entre los hombres.
Ciertamente podréis tener palabras de Sabiduría de Amor, de
convencimiento, pero si no actuáis lo que vosotros enseñáis, no moveréis
corazones, vuestra vida tiene que ser de ejemplo. Ciertamente sois almas débiles
y caeréis en algunos momentos, pero os levantáis porque reconocéis que, sin Mí,
no sois nada y ciertamente os dejo caer, no os pongo la tentación, pero os dejo
caer, porque acepto vuestro libre albedrío y al caer, os dais cuenta de vuestra
debilidad, porque cuando se peca, os apartáis voluntariamente de Mi Gracia, en
ese momento Mi Gracia plena ya no está con vosotros y os volvéis débiles y por
eso caéis y en cada caída
aprendéis, Mis pequeños, a crecer y a no volver a caer en lo mismo en lo que
caísteis, porque estáis buscando la perfección en el Amor y en la vida
espiritual que Yo os he concedido.
Por eso, os
pido, que no os apartéis de Mí en ningún momento, para que Mi Gracia no se
aparte de vosotros y podáis vivir correctamente y que no caigáis en los errores
que Satanás os pone en cada momento y que vosotros aceptáis en vuestra vida por
vuestra debilidad.
Vivid más en Mí, Mis
pequeños, olvidaos de vosotros mismos y tomad vuestra misión como Mi Hijo se
tomó a Su Cruz, amad vuestra misión como Mi Hijo amó Su Cruz.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Ciertamente cuando vosotros vivís unidos a Mí, todo lo que hacéis se
une al Cielo, cuando vosotros Me lo ofrecéis y camináis a la par Conmigo.
Hijitos Míos, vosotros os la pasáis añorando tantas cosas sobre la
Tierra mientras estáis vivos. Desde que tenéis uso de razón, empezáis a añorar
el juguete o el dulce o algo que deseáis de vuestros amiguitos o de vuestros
hermanos y así vais creciendo y vuestros gustos y deseos se van incrementando.
Crecéis y os volvéis del mundo, añorando cosas materiales y lucháis por ellas,
dedicáis mucho tiempo de vuestra vida, de vuestro trabajo, para poder obtener lo
que el mundo os ofrece.
Ciertamente
es bueno que busquéis el bienestar de vuestra familia y vuestro propio bienestar
para que viváis decentemente, para que les deis a vuestros hijos una educación
buena.
Vosotros tenéis capacidades intelectuales, que son parte de vuestra
alma. Os he dado capacidades para que vosotros las vayáis incrementando, no
solamente para vuestro provecho, sino para la ayuda de vuestros hermanos. Hacéis
tantas cosas, os repito, y lucháis tanto por obtener cosas que son buenas, en la
mayoría de los casos, cuando vivís en familia o aun ayudando al mundo entero, o
cuando os doy capacidades especiales para que les ayudéis y ahora os pregunto:
¿En dónde quedé Yo, vuestro Dios? Yo que os he dado todas las capacidades que
han ido guiando vuestra vida. Os he ido protegiendo, os he concedido aquello que
buscabais ¿Dónde están
vuestros agradecimientos?
¿Dónde está el reconocimiento
para Mí, vuestro Dios, en todo lo que Yo os ayudé a obtener y a donde permití
que vosotros llegarais?
Ciertamente
cuando vosotros vivís unidos a Mí, todo lo que hacéis se une al Cielo, cuando
vosotros Me lo ofrecéis y camináis a la par Conmigo, vuestros gustos, vuestros
fracasos, vuestras alegrías y tristezas, vuestros deseos futuros, aún aquellos
deseos imposibles, aparentemente, pero que se pueden hacer posibles, fácilmente,
cuando os acercáis a Mí y caminamos juntos.
Y así os la pasáis toda vuestra vida, haciendo vuestras cosas y Yo,
¿en dónde quedé?
Divinizad, pues, Mis pequeños, vuestras obras invitándome a vivir junto a
vosotros, ofreciéndome vuestra vida entera, agradeciéndome, de corazón, todos
los dones que derramo sobre vosotros, y, así unidos, podremos, sí, Mis pequeños,
podremos hacer grandes cosas,
porque Yo no Me separo de las almas cuando ellas Me llaman y quieren vivir junto
Conmigo.
Pensamos en los problemas, en las
necesidades que cada uno de vosotros tenéis, caminamos juntos resolviendo la
problemática humana, las dificultades que se os presentan, venciendo los
obstáculos que a diario os llegan, gozamos juntos los éxitos que vosotros
obtenéis, de las metas que os imponéis. Todo lo hacemos unidos, Mis pequeños y
así, también nos mantendremos unidos cuando regreséis a Mí y veréis que no habrá
ningún tipo de cambio y gozaréis el que Yo os acompañe en el momento en que
dejéis la Tierra para llegar nuevamente al Reino de los Cielos.
Preparad pues vuestro camino de regreso, uniéndoos ya desde ahora
Conmigo, con vuestro Dios, para que gocéis Mi Presencia en la Tierra durante
vuestra misión, para que
Yo, después, goce de vuestra presencia eternamente en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio,
Habla La Santísima Virgen María
Sobre: El dinero de este mundo, os puede llevar a alcanzar la Gloria cuando
actuáis en Caridad, que también a condenaros, cuando entráis en avaricia o
usando ésos bienes para vuestra destrucción espiritual.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y os pido,
Mis pequeños, que viváis siempre con el corazón en la mano. Y con esto os quiero
decir que la Caridad para
con vuestro prójimo, siempre esté abierta, que sea abundante, que ayudéis
siempre de corazón y no por obligación.
Mi Hijo se dio en totalidad, los bienes materiales los tuvo, porque
había muchos hombres ricos que Le ayudaban en Su Misión,
pero así como lo recibía, Él
también lo daba a los pobres, ahí estaba ayudando económicamente a los
necesitados, pero también se daba plenamente en lo espiritual y se acercaban a
Él los necesitados, no solamente de curación corporal, sino de curación
espiritual. Se donaba
plenamente así,
en lo
económico y en lo espiritual.
Cuando vosotros tenéis mucho de lo económico, difícilmente soltáis
de lo vuestro, porque lo creéis de vuestra propiedad, sin que os deis cuenta,
plenamente, de que lo que tenéis en lo material
no ha sido de casualidad
que lo tengáis, sino que
Nuestro Padre y Nuestro Dios lo ha permitido en vuestra vida, y ha confiado en
vuestro corazón, para que compartáis de éstos bienes materiales con vuestros
hermanos.
Pero pocos, muy pocos hermanos vuestros, que tienen riquezas, entienden esto y es por eso que Mi Hijo les decía que era más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja a que un rico se salvara, porque estáis buscando mantener esa riqueza que no es vuestra.
Y entended bien esto, Mis pequeños, porque si de alguna forma u otra os habéis hecho de esas riquezas, es gracias a los dones que recibisteis del Cielo y no los agradecéis y se os ha dicho que mientras más deis, más recibiréis, pero como vivís en las cosas del mundo, en lo material, poco o nada entendéis de estas Palabras Divinas, porque Mi Hijo os ha dicho que cuando tenéis bienes dados del Cielo, no los aprovecháis plenamente, ni crecéis con lo que tenéis en la Tierra, que pertenecen al príncipe de este mundo y con ellos os engaña para que no crezcáis espiritualmente.
Al repartir de vuestros bienes estáis actuando en Caridad y también se os ha dicho que cuando vosotros dais limosna, vuestros pecados quedan perdonados, ciertamente, no los que os llevan a la muerte.
Hablando de pecado, es todo aquello en lo que vosotros erráis, son vuestros defectos cuando vosotros dais limosna, vuestros pecados quedan perdonados, ciertamente, no los que os llevan a la muerte. y caéis en ellos y, a veces, tontamente, porque no estáis viviendo una vida espiritual que os da fuerza para que vosotros luchéis contra vosotros mismos, contra vuestras pasiones, contra vuestros deseos nefastos contra vuestra alma, que le impiden crecer espiritualmente, pero que vosotros, al caer continuamente en esos mismos deseos, en esas mismas faltas, desperdiciáis vuestro tiempo en vivir más plenamente en lo espiritual que en lo del mundo.
Podríais ya ser tan grandes, Mis pequeños, podríais ya tener dones
inmensos, inconmensurables, si hubierais ya entendido esto,
de vivir más para vuestro Dios,
para Mi Dios, en lugar de buscar acrecentar vuestros bienes terrenos;
no estáis buscando estar ya, desde ahora, que vivís en la Tierra, en los
terrenos Divinos, que es el Reino de los Cielos, no estáis comprando vuestro
lugar en el Reino de los Cielos con vuestras buenas acciones, con vuestra vida
de ejemplo, con la Vida de Mi Hijo en vosotros.
Llegáis ante Nuestro Dios cuando, bien o mal, cumplís vuestra misión.
Cuando Él os manda llamar, que es el fin de vuestra existencia sobre la Tierra y
el principio de vuestra existencia en el Reino de vuestro Dios, que ojalá todos
vosotros buscarais esto y que no perdierais vuestra alma eternamente, pero
cuando os presentáis ante Mi Hijo, para vuestro Juicio Personal, es cuando os
dais cuenta de todo el tiempo perdido, de todas las oportunidades que tuvisteis
de hacer tanto bien con aquello que aparentemente es muerto, que son los bienes
de este mundo, que es el dinero de este mundo, que ciertamente él os puede
llevar a alcanzar la Gloria cuando actuáis en Caridad, que también a condenaros,
cuando entráis en avaricia o usando esos bienes para vuestra destrucción
espiritual y para la de otros. Aquí es donde os dais cuenta, Mis pequeños, cómo
un bien material que se os otorga, de acuerdo a vuestro actuar,
os puede dar salvación eterna u
os puede dar condenación eterna.
Meditad esto, Mis pequeños para que empecéis una nueva vida en vosotros,
lo que os quede de vida, no importa, pero es una nueva oportunidad que Nuestro
Dios os concede, para que podáis comprar, como os dije, el Reino de los Cielos
con vuestro actuar, según la Voluntad de Nuestro Dios y viviendo en ese Amor que
vosotros os debéis tener los unos a los otros, como Mi Hijo os enseñó,
ayudándoos tanto en lo material, como en lo espiritual.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto
Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Vuestra vida es un don muy grande que os he concedido, vuestra
vida es un tiempo pequeño en la eternidad, vuestra vida, que es Mi tiempo que os
he concedido para servirme.
Hijitos Míos, vuestra vida debe ser como una carretera que tomáis para
llegar a un punto al cual deseáis llegar de todo corazón, que pueden ser un
amigo o una amiga entrañables o una necesidad grande que debéis cumplir o un
gran tesoro que os espera al final de esa carretera.
Debéis poner y de hecho ponéis vuestro corazón y vuestra mente, en ese
momento en el que llegaréis. Ciertamente tendréis que sufrir momentos
inconvenientes en el transcurso de esa carretera, muchos accidentes pueden
suceder si vosotros no estáis pendientes del volante y de vuestra velocidad. Si
vosotros no sois prudentes en el caminar por esa carretera que no conocéis,
podréis tener graves problemas si no os ayudáis con un mapa o con los consejos
de algún hermano vuestro.
Vuestra vida es esa
carretera y, al final, Me
encontraréis a Mí, Soy el
gran Tesoro,
Soy el gran Ideal,
pero ¿cuántos de vosotros
se preparan para recorrer esa carretera que es vuestra vida?
Ciertamente es una carretera desconocida, vosotros no conocéis el futuro de
vuestra existencia. Podréis tener accidentes graves, hablando en lo espiritual y
aún en lo humano, pero os quiero hablar en lo espiritual.
Satanás tratará de que vuestra carretera, que es vuestra vida, no sea
recta, para evitar que lleguéis lo más pronto posible hacia Mí. Satanás tratará
de hacer de vuestra vida, hasta un Infierno, pondrá muchos baches en el camino,
muchas curvas peligrosas, que son tantas y tantas tentaciones que tenéis a lo
largo de vuestra vida,
pero si no tomáis el mapa, que son Mis Mandamientos,
lo que Mi Hijo os ha dado como Enseñanzas, entonces caminaréis por vuestra vida
a ciegas, porque no os estáis dejando guiar por Quien todo lo sabe, que Soy Yo,
vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad.
Cuántos de vosotros os salís de la carretera y camináis por otros caminos
que os alejan de la carretera principal, ya no vivís una vida recta, ya no vivís
una vida de lucha para encontrar vuestra perfección y llegar al final y
tomar el Tesoro, que es una vida
plena Conmigo, una vida perfecta y vuestra eternidad en el Amor.
Si vosotros meditáis vuestra vida y volteáis hacia atrás y ponéis vuestra
vida en esa carretera, podréis ver todos los baches en el camino que,
ciertamente, son las dificultades que Satanás puso en vuestra vida, pero que
pudisteis resolver y seguisteis adelante pero, otras veces, esos baches van a
retrasar vuestra vida y os iréis por caminos, muy separados del camino principal
y ahí perdéis el tiempo y, a veces, hasta podéis perder vuestra alma, porque os
va llevando por caminos muy separados, que os los hace ver como buenos, que os
van a llevar a lugares que vosotros gozaréis pero, a veces, es un camino sin
regreso y os perdéis
eternamente.
A veces, vosotros mismos os salís de la carretera y buscáis aventuras, que también os van a llevar a tener serios problemas en vuestra vida y en la de los vuestros y, si no tomáis nuevamente Mi ayuda, que son esos mapas, que son Mis Leyes, que son Mis Decretos, que es la vida en la Gracia, que son las Enseñanzas que se os han dado, Enseñanzas Divinas, entonces no podréis regresar ni sabréis tomar también un camino adyacente que os regrese al camino principal.
Vuestra vida es un don muy grande que os he concedido, vuestra vida es un
tiempo pequeño en la eternidad, vuestra vida, que es Mi tiempo que os he
concedido para servirMe, es una Gracia muy grande que le concedo a las almas,
pero que no sabéis apreciar.
Vuestra vida os va
a ayudar a que vosotros podáis tener un lugar más alto en el Reino de los
Cielos, cuando regreséis a Mí y Me traigáis todas las buenas obras que hicisteis
a lo largo de vuestra existencia.
Mirad atrás, nuevamente os pido,
y aprended de todos vuestros
errores, de todo el tiempo
que perdisteis, de cómo permitisteis que en vuestra vida se introdujera Satanás
y os dejasteis caer en esos baches y ahí permanecisteis mucho tiempo, o
tomasteis caminos muy alejados de vuestra vida, del tiempo que Yo os concedí
para alcanzar vuestra santidad y con ello, ayudar también a vuestros hermanos a
alcanzar también su santidad.
Os pido pues, Mis
pequeños, que pongáis vuestra mente y vuestro corazón, en ese deseo grande de
llegar al final de vuestra existencia, pero ya por un camino recto, sin baches,
sin curvas, sin caminos adyacentes, viéndome a Mí, dejándoos guiar por Mí, ya no
haciendo caso a las tonterías que os pone Satanás en vuestro camino.
Hacedle caso a Mi
Presencia en vuestra vida, haciendo más fácil vuestra existencia y la de los
vuestros. Dejaos guiar por Mí y, así, la carretera en la que vayáis, será recta
y más rápido llegaréis a Mí.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio,
Habla La Santísima Virgen María
Sobre: Volved pues a lo que Mi Hijo os pidió, a lo que Él os enseñó, respetad
las Leyes y Decretos que os dio Nuestro Padre Dios, vivid en Caridad unos con
los otros y así iréis destruyendo la maldad.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. En el
“Salve”,
vosotros rezáis “que estáis viviendo en un valle de lágrimas”.
Mis pequeños, estáis
viviendo en un valle de lágrimas porque vosotros no estáis haciendo lo que
debéis hacer.
Satanás, siendo el
príncipe de este mundo, os lleva a vivir en ese valle de lágrimas.
Vosotros creéis estar viviendo en lo que queréis, porque hacéis vuestra
voluntad. Vosotros gozáis con el mal que hacéis y por eso creéis que estáis
gozando verdaderamente lo que debéis gozar y a vuestros hermanos les comentáis,
que venís a la Tierra a gozar,
pero ese gozo es mundano y
pecaminoso y con ello
creéis que estáis viviendo como debéis vivir y no es verdad, Mis pequeños,
vuestra vida es espiritual.
Vuestra vida, es transición en la Tierra, para llevar un bien al Reino de
los Cielos, un bien espiritual.
Muchos de vosotros estáis
viviendo una vida humana, material, de pecado de traición a vuestro Dios.
Y ¿qué estáis haciendo realmente con vuestra vida espiritual?, no la
estáis dejando que se desarrolle, es más, se lo impedís,
creéis que es un desperdicio
vivir vida espiritual,
cuando tenéis tantos goces que el mundo os da para vuestro cuerpo, para vuestros
sentidos y con ellos os desviáis y tomáis caminos muy apartados de lo que debe
ser vuestro verdadero camino, camino de Luz, camino de vida espiritual, camino
de Amor, pero de Amor Verdadero, no del amor del mundo, empapado de impurezas y
pecados graves que ofenden el Verdadero Amor de Nuestro Dios.
Cuánta maldad habéis dejado entrar en vuestra vida, y
vosotros mismos os volvéis causa
de pecado para vuestros hermanos
y eso os va hundiendo más ante la Presencia de Nuestro Dios, de vuestro juicio
eterno. ¿A cuántos habéis
vosotros ayudado a crecer espiritualmente?
¿Para cuántos os habéis dado para que ellos dejen su mala vida y que puedan
regresar al Verdadero camino que Nuestro Padre Dios, en Su Santísima Trinidad,
Nos ha trazado? ¿Cuántos
de vosotros, realmente oráis de corazón por el bienestar espiritual y aún
material de vuestros hermanos?
¿Cuántos de vosotros vivís
íntimamente con Nuestro Dios en vuestro corazón y os dejáis guiar por Su
Voluntad en vuestra vida?
Vosotros hacéis de
vuestra vida un valle de lágrimas, porque no estáis llenos de la espiritualidad
que se os ha pedido busquéis y actuéis. Podríais haber ya hecho un Paraíso de
este Mundo, un vergel, en el cual vivierais como se vive en el Cielo,
si vosotros hubierais realmente
luchado contra toda tentación y maldad que os ponía Satanás en vuestra vida y en
la de los vuestros, pero
que no quisisteis ni ayudar a vuestra propia alma ni al alma de los que están a
vuestro alrededor.
Vivís sufriendo con vuestros pecados. Por causa de ellos no lleváis una
vida recta y lo que creísteis que ibais a gozar, porque le disteis vuelo a
vuestras pasiones, a vuestro instinto humano mal llevado, al contrario,
se os vuelve luego dolor.
Ante vuestros hermanos quedáis en muy mal estado, ya no sois ejemplo de vida,
os volvéis destructores de
vida.
Vosotros tenéis, en
vuestro libre albedrío, el poder volver este mundo en un Paraíso, en un vergel y
que ya no sea un valle de lágrimas.
Ciertamente vinisteis a gozar a la Tierra, como muchos de vosotros decís,
pero este gozo
debe ser de acuerdo a lo que
Mi Hijo os enseñó
y según la Voluntad de
Nuestro Padre Dios
y no
haciéndole caso a Satanás y a su maldad.
Estáis sufriendo
mundialmente vuestros errores, ahora estáis viviendo ciertamente un valle de
lágrimas. Veis como todo alrededor vuestro se va cayendo, todo vuestro alrededor
os ataca, os quita la paz, os quitan vuestros bienes materiales y aún los
espirituales. La naturaleza se vuelve contra vosotros, porque no la habéis
respetado. Es vuestro valle de lágrimas ahora, porque permitisteis que el mal
creciera alrededor vuestro y en vuestro interior.
Volved pues a lo
que Mi Hijo os pidió, a lo que Él os enseñó, respetad las Leyes y Decretos que
os dio Nuestro Padre Dios, vivid en Caridad unos con los otros y así iréis
destruyendo la maldad, para que vuestra vida aquí en la Tierra, no sea más ya
este valle de lágrimas.
Gracias, Mis pequeños.
Página Principal (Índice del tema)
Página Siguiente (Importante mensaje para los gobiernos)
Páginas principales
Índice General y páginas misceláneas
Meditemos con Jesús (importante)
Reflexiones y mensajes de María
Mensajes: El Libro de la Verdad
Mensajes de San Miguel Arcángel
Videos de música religiosa (popular)
Rosarios, Coronas y Coronillas
Esta página pertenece al sitio "Oraciones y Devociones Católicas"
Visite siempre la Portada del sitio, siempre hay algo interesante ahí.