A LOS PIES DE LA SANTA CRUZ PARA LOS ENFERMOS

Por la Misericordia de Nuestro Señor y con la intercesión de la Santísima Virgen María y San Miguel Arcángel se nos ha permitido llevar a los enfermos que ustedes nos traigan a los pies de la Santa Cruz.

Sobre este aspecto hay que tener presente que una persona se puede santificar por una enfermedad y sirve también como reparación por los pecados cometidos en el pasado.

Será la Santísima Virgen acompañada de San Miguel quienes decidirán si el enfermo debe ser postrado a los pies de la Santa Cruz, todo esto por la gracia del Espíritu Santo Consolador.

Nosotros como portal Católico seremos meros buzones y la petición será enviada a dos de las Compañías de nuestro Ejército, quienes son los que intercederán por ustedes. Se va a publicar el nombre del enfermo y la enfermedad que padece, sin el apellido, para que todos nuestros lectores nos acompañen en oración.

Deben inscribirse, es importante que cumplan con esta formalidad, para que sean agregados en este listado. Rezar las oraciones que están descritas en el número 5.

1.- Nombre completo, pero solo irá el nombre de pila. Deben solicitar si quieren que publiquemos mayor información.

4.- Brevemente y en no más de tres líneas la enfermedad que tienen. Explicar claramente.

5.- Yo...... me comprometo a rezar las siguientes oraciones, en caso que el enfermo esté impedido de hacerlo, que una o más personas recen por él.

b. Devoción a la Preciosa Sangre (dada a Bernabé). Principalmente, el Rosario de la Sangre, letanías y Consagración a la Preciosa Sangre. Bajar

c. Rezar todos los días esta breve consagración a la Virgen: Bendita sea tu pureza (ver más abajo)

Rezar también las oraciones que salen ahí. Pueden repartirse todas estas devociones por el enfermo entre varias personas. Que cada uno adapte de acuerdo a su tiempo, Jesús lo entenderá.

f. Rezar varias veces al día la siguiente jaculatoria: "Preciosísima Sangre de Jesús, sálvanos a nosotros y al mundo entero". 50 veces, 100 veces, 500 veces, lo que se pueda.

6.- Visitar el Santísimo en lo posible todos los días. Esto es para el enfermo. Si puede todos los días, o una vez a la semana por una hora.

7.- Estar en Gracia permanente, si caen en pecado mortal acudir lo antes posible a confesarse. Esto es para el enfermo también. Es más fácil sanarlo en gracia que estando en pecado mortal.

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.

Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.

Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

2.- Patricia E. - Agoniza y no quiere confesarse, para que se arrepienta y se salve.

3.- Joaquín, Chile - Cáncer a los huesos y linfático, está con quimio y radioterapia.

5.- María Teresa - Está en los últimos momentos de su enfermedad, Mieloma múltiple con metástasis.

6.- Víctor Manuel Perú. Superó su cáncer de próstata, pero de igual forma recemos por él.

8.- María Avelina perdida por el consumo de crack. Por sus padres Teresa y Javier y por toda su familia que está pasando esta prueba tremenda.

9.- Divany Hernández, está muy grave entubada. En el hospital su oxígeno ya está en el nivel 40/50.

12.- Jacqueline F, 16 años, resistente a la insulina y ovario poliquístico. México.

16.- Jeraldin C. No puede caminar, no han detectado el problema. Está hospitalizada.

18.- Ana Cecilia de Bogotá, Colombia, 52 años, riñón en herradura, cálculos y otras complicaciones sin cirugía, mucho dolor.

19.- Isabel C. Argentina. Tiene 71 y sufre de traumas sicológicos, ataques de pánico, insomnio y dolor en la columna, en las cervicales.

21.- Sam Livingston, sufre de cáncer y está en etapa terminal. Hay que rezar por él para que Nuestro Padre misericordioso le ablande su corazón y acepte a nuestro Dios, antes de marcharse y nuestra Madre Santísima pueda guiarlo al Padre.

22.- Por Verito de Perú, que padece fibromialgia, sufre de fuertes dolores en la cabeza y en el cuerpo. Esta enfermedad le impide realizar sus actividades.

23.- Por Diego Eduardo H.S. (él renunció al seminario el año pasado ya para ser diácono); tiene problemas mentales muy graves, alucinaciones, días sin dormir no responde a ningún medicamento; no le surte efecto. Ya le hicieron estudios de todo tipo incluso se envió uno a Estados Unidos, y todo sale perfecto ahorita está hospitalizado, pero sólo empeora y en el psiquiátrico les dicen que no tiene nada. Su familia también muy afectada en especial su mamá. Dios los bendiga.

Oh Señor Jesucristo, al presentarnos ante Tu adorable Rostro para pedirte a Ti las gracias que más necesitamos, Te rogamos, por sobre todo, nos concedas la disposición interior para nunca dejar de hacer en ningún momento lo que Tú requieres de nosotros con Tus santos mandamientos y divinas inspiraciones. Amén

12 de Agosto de 2024 19:09 hrs.
Ciudad de Salta, Argentina

Si tuvieran fe como el grano de mostaza

Mt 17,20

Amado hijo de mi Sagrado Corazón,

En verdad te digo que si tú y esta generación tuvieran la fe como el grano de mostaza, le dirían a este monte, muévete y este se movería.

Yo soy el mismo ayer, hoy y siempre, porque soy el que Soy.

En épocas de antaño, cuando caminaba por la Galilea sanando gente, todos veían la obra y quedaban maravillados.

Ahora dime… ¿acaso no sigo Yo siendo el mismo que caminaba por los poblados?

¿O es que ya no tengo la autoridad y el poder de sanar de aquel tiempo?

¿Creen ustedes que estoy verdaderamente en la Eucaristía? Gran misterio de fe…

¿Y pueden creer que todavía sano?

¿Se maravillan por ver un milagro y no que estoy en la Eucaristía?

¿Acaso se les ha hecho costumbre y no lo dimensionan como milagro?

Pues, ¿si creen en el misterio más difícil de creer, por qué no creen que en lo más sencillo?

Pidan con fe, amados hijos, porque el que busca encuentra, al que golpea se le abrirá y, al que pide se le dará.

Ahora, haya paz en sus corazones

Y...crean que los amo.

Su Jesús

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón del enfermo;
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

¡Virgen Inmaculada y bendita! Eres la universal dispensadora de todas las gracias divinas, con razón te puedo llamar la esperanza de todos, mi esperanza.

Bendigo al Señor porque me muestra el modo de alcanzar la gracia y salvarme. Este medio eres tú, santa Madre de Dios. Por los méritos de Jesús, ante todo, me he de salvar; y después, por tu poderosa intercesión.

Reina mía, ya que acudiste presurosa a santificar la casa de Isabel, visita presto la pobre casa de mi alma. Apresúrate, pues mejor que yo sabes lo pobre que está y los males que me agobian: afectos desordenados, hábitos depravados, pecados sin cuento, y mil enfermedades capaces de causarme la muerte eterna.

Pero tú, tesorera de Dios, puedes enriquecerla con todos los bienes y curarla de toda dolencia. Visítame durante la vida, y sobre todo, visítame en la hora de la muerte, cuando me será más necesaria tu ayuda.

Como indigno que soy, no pretendo que me visites con tu presencia, como lo has hecho con otros devotos tuyos. Me contento con que ruegues por mí y me visites con tu misericordia para ir a contemplarte en el cielo, para amarte con toda el alma y agradecerte todos tus beneficios. Amén.

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.

Humildemente te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por Ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. Amén.

¡Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos!

Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.