LA GUERRA ES INMINENTE

 


 

 

 

Mensaje de Nuestro señor Jesucristo

 a un soldado de nuestro ejército


23 de abril de 2018

 


En el momento en que estaba orando el Rosario, el Señor puso en mi mente que tenía que ir al Santísimo, para que ahí le pidiera de rodillas lo que tú me habías encomendado preguntar.

Una vez terminado el Santo Rosario, inmediatamente me preparé para ir a la Catedral, pero sucedió algo inexplicable: cuando estaba por salir de casa hubo un apagón general en toda la ciudad y ésta quedó totalmente a oscuras.

Pensé que la Iglesia podía estar cerrada, pero aún así decidí ir ya que era lo que el Señor me pedía: ir al Santísimo.

La Catedral estaba abierta, iluminada con velas y al costado de la Catedral está la Capillita Sixtina donde está el Santísimo; estaba totalmente oscuro, había solo una velita chica que alumbraba muy poquito.

Doblé mis rodillas y me puse a orar; estaba orando a mi Señor y me invadió una luz tremenda, potente; tan potente que estando yo con los ojos cerrados todo se iluminaba, estando el lugar totalmente a oscuras.

En ese instante el Señor me dio una visión que es la siguiente:

Me mostró algo, que hasta en la Misa a la que asistí después, me la he pasado llorando; sentí un dolor enorme con esta visión en la que vi al Señor caminando por las nubes y me mostró la tierra.


He visto la tierra entera, vi una ciudad en llamas; he visto en mi corazón misiles que entran a la tierra y que caían a la ciudad; yo me puse a llorar, porque veía sólo destrucción; el Señor caminaba en las nubes, pero no bajaba y desde ahí me mostraba todo.

En ese instante veo también a Mamita, la Virgen María blanca, resplandeciente que se acercaba a mí y en sus manos juntas traía un Rosario y decía: oren, oren, oren.

Yo lloraba y lloraba y lloraba por todo lo que estaba mirando.

Nuestro Señor Jesucristo me dijo: oren a través del Corazón de mi Madre, oren, oren mucho.

Yo miraba las ciudades prácticamente destruidas y en ese instante yo le decía: ¡Señor! ¡Señor! no estamos preparados, ten piedad de la humanidad, ten piedad Señor y me ponía a llorar, a llorar, a llorar; no soportaba ver tanto dolor.

En ese instante el Señor me muestra el rostro de un presidente, el presidente de Rusia, lo veo muy claro y el Señor me decía que oremos por él, porque no es lo que parece, no está demostrando lo que es, es un lobo disfrazado de cordero, que se está mostrando al mundo de una manera diferente y qué oráramos mucho por él.



​También me mostró al presidente de la República China, lo vi muy claro, y también me pidió que oráramos por él.

Lobos con piel de cordero, los dos:

 



Xi Jinping con Putin ​



Lo de la guerra es inevitable, va a haber guerra; sólo nos pide orar para que la ira del Padre Eterno no caiga con tanta fuerza y que nos dé un tiempo más


Toda la Misa me lo he pasado llorando, porque una cosa es contarlo y otra es haber vivido lo que yo he vivido y haber visto lo que he visto.


El Señor pide mucha oración y esa presencia de la Madre con el Rosario en la mano, nos está diciendo que oremos mucho el Rosario y que en el Rosario entreguemos todo, que en el Rosario entreguemos al presidente de China y al presidente de Rusia.

Es increíble, pero yo analizando todo esto me doy cuenta que yo pensaba que era del presidente de Estados Unidos del que más debíamos cuidarnos, pero con la visión que he tenido de lo que me ha mostrado el Señor, me doy cuenta que no es así.

Hay que orar mucho por los presidentes de Rusia y de China, hay que orar mucho.


Ruego a Dios que lo que estoy contando ustedes también lo disciernan y que vean que conclusiones sacan, pero para mí está muy claro el mensaje: va a haber guerra; sí, va a haber guerra, es inevitable la guerra; que oremos mucho, que ya deberíamos estar orando y orando con el Rosario para que al menos se nos de un poco más de tiempo.

Estoy diciendo la verdad, no puedo quitar nada de lo que he visto, ni aumentar en nada lo que he visto, porque estaría en pecado.

Yo sé que el Señor les va a dar el discernimiento sobre lo que les estoy contando y yo creo que es necesario comunicarlo para que todos estemos en oración, ya que la guerra es inevitable.

 

 

Rezar dos rosarios diarios:

 

1.- Durante la mañana a Nuestro Padre Dios para que retarde o evite la guerra y la aminore si así es su voluntad.

 

2.- En la tarde - noche entregarle con el segundo Rosario a la Santísima Virgen los presidentes de China y Rusia para que no provoquen la Tercera Guerra Mundial.

 

Se nos avisa con anticipación para que procedamos y no nos lamentemos después de lo que sucederá en el mundo entero.

 

¿Nos acompaña rezando los dos rosarios diarios?

 

 

 

Página anterior y principal (Meditaciones)

 

Página siguiente (Libros Proféticos: Introducción)

 

 

 

 

 

Páginas principales

Portada

Índice General y páginas misceláneas

 

Dios Padre habla a Sus hijos

 

 Meditemos con Jesús (importante)

 

Reflexiones y mensajes de María

 

Mensajes: El Libro de la Verdad

 

Oraciones diversas

 

Selección de Letanías

 

Selección de Novenas

 

Oraciones Virgen María

 

Videos de música religiosa (popular)

 

Rosarios, Coronas y Coronillas

 

Nuestra Biblioteca

 

Hablemos de....

 

 

 

 

Esta página pertenece al sitio  "Oraciones y Devociones Católicas"

Visite siempre la Portada del sitio, siempre hay algo nuevo ahí.