UN INMERECIDO REGALO (DE REGRESO A PEÑABLANCA)

ELIANA ALARCÓN (2018)

LA DAMA BLANCA ME HIZO UN INMERECIDO REGALO

Catedral de Concepción

Soy profesora Jubilada y durante los años 1985 – 1986 asistí a Peñablanca a las apariciones de La Virgen, La Dama Blanca de la Paz, cada vez que podía porque vivía y trabajaba en Talcahuano, tomaba un bus que me llevaba hasta Villa Alemana, V Región, y en la actualidad recibo periódicamente la revista que se edita de Peñablanca.

A mí no me importa que la aparición no haya sido reconocida o que haya sido negada, yo hablo por mí, por lo que yo viví, lo que yo era antes de ir a Peñablanca y cómo volví luego a mi casa.

La primera vez que fui, porque después volvería muchas veces, era una católica como muchos hoy en día, lo que se dice a mi manera, no me confesaba desde mi primera comunión, no tenía conciencia del pecado, ni de ofender a Dios ni tampoco del amor que nos tiene nuestro Señor y nuestra Madre, hasta que Dios me concedió la gracia por pura misericordia de encontrarme con su Madre, la Dama Blanca de la Paz, en el cerro Monte Carmelo en Peñablanca.

Cuando subí a ver lo que estaba sucediendo en ese lugar, la Virgen me hizo un gran regalo, había llegado yo desde Talcahuano, era el año 1985, y en esa aparición la Virgen nos bendijo tirando muchos rayos de colores sobre los asistentes que nos encontrábamos ese día en ese lugar, yo sentí que uno de esos rayos atravesó mi corazón y me sentí envuelta por su amor. Me bajó un deseo incontenible de confesarme y pedir perdón, recuerdo que me confesé varias veces porque cada vez la Virgen me iba recordando los pecados olvidados que no había confesado y volvía a confesarlos, desde esa fecha me confieso una vez al mes como Ella lo pidió.

Ahí experimenté el amor de Dios en mi corazón y como debemos ser como hijos de Jesús y María, ahora trato de ser más agradecida, voy a misa a diario, rezo tres rosarios cada día por la conversión de los pecadores y la salvación de las almas y por los sacerdotes.

Sinceramente Yo creo que La Virgen vino a Chile para que cambiemos de vida, dejemos de ser católicos a nuestra manera y no a la manera que El Señor nos pide y para que tomemos conciencia también de cuanto nos ama.

Siempre llevo conmigo en mi cartera la imagen de La Dama Blanca de La Paz y pegada a mi ropa cerca de mi corazón la Medalla que nuestra Señora nos dio en Peñablanca, Ella cambió mi vida, nunca más volví a ser la misma. Es una alegría muy grande experimentar el amor de nuestra madre del Cielo y de su Hijo, realmente esta alegría nos acompaña por siempre.

Este testimonio fue entregado “casualmente” a una de las integrantes del equipo de Oraciones y Devociones Católicas de la siguiente manera:

Hoy temprano fui a la Catedral de Concepción para asistir a misa de 10 de la mañana , pero cómo quería antes rezar el rosario me fui más temprano al llegar a la catedral (9:20hrs) me encontré que estaba cerrada y ahí en la puerta había una Señora ya de sus años, pelito cano y me saludó cariñosamente y me dijo que ella también había venido a misa porque en su parroquia Santa Cecilia de Talcahuano no había Eucaristía hoy, porque todos habían asistido a Temuco al encuentro con el Papa Francisco.

Nos pusimos a conversar y me relató que antes era una católica a su manera pero que desde que comenzó a visitar Peñablanca durante las apariciones le había cambiado su vida. De esa forma se obtuvo este testimonio de conversión.

Ciudad de Concepción, 17 de enero de 2018