SOY EL QUE CORTA CADENAS Y DEVUELVE LA LIBERTAD

 

 

   SOY EL QUE CORTA CADENAS Y DEVUELVE LA LIBERTAD

 AL QUE OPRIMIDO SE ENCADENÓ A SÍ MISMO CON EL PESO DE SUS CULPAS.

 

 
Acerca los oídos de tu corazón a la voz del amor, pues
YO SOY aquel que en tus miserias te recoge de tus extravíos y necedades con amor, para vestir de gala tu alma y coronar de santidad tu existencia.

Nada hay fuera del amor de tu Dios que te dé paz y templanza para afrontar con sabiduría y rectitud los embates que la vida os pone en vuestro transitar por el mundo para que gastéis tiempo de vuestras preciadas existencias en banalidades.

Cada uno de vosotros
tiene un tiempo determinado bajo la luz del sol para que nutráis vuestras vidas con el amor que emana de vuestro Dios y caminéis en medio de las tinieblas del mundo con pasos dirigidos a una eternidad santa en el cielo.

Preparad en la tierra vuestro viaje a lo eterno, pues la muerte en la carne llegará para cada uno de vosotros
como ladrón en la noche, más las lámparas de vuestras almas deberán estar encendidas con el aceite del amor para que pueda brillar con el vestido de un santo en el cielo.

Mirad a vuestro alrededor, la partida de aquellos seres que habéis amado habrá de recordarles y haceros meditar en vuestra propia partida, pues el hombre se ha dedicado a deleitarse en su desobediencia; manteniéndose cautivo en el pecado. Vosotros no sois del mundo, pues
de mis manos habéis salido y a ellas debéis volver.

Tú, hijo mío que me preguntas porqué el día y la hora de la muerte en la carne es un misterio para cada hombre, Yo Jesús te digo que para aquel que vive en obediencia con el amor, el saber que se aproxima la hora de su partida a la eternidad
es una caricia al alma que os da vuestro Padre Celestial, teniendo conocimiento de que el encuentro eterno con vuestro creador se aproxima.

Aquel que pide con corazón contrito una muerte santa, la tendrá; más aquel que lejos de mi voz vive para complacer su egoísmo sumido en libertinaje, edificando cimientos de maldades, idolatría, rebeldías y de todo mal proceder en su corazón; partirá renegando de su condición rebelde, deseando tener un sólo segundo más de vida en la carne para arrepentirse y pedir perdón, pues aquel que no vistió de amor su alma no podrá resistir estar en presencia del amor de los amores. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, más el que teme no es hecho perfecto en el amor.

Soy el que todo lo ve y todo lo sabe, os habéis vueltos ciegos y el pecado que les condena no lo veis, aun así doy al hombre instancias para resarcirse y ser en Mi Espíritu criaturas capaces de tener fuerza y valor para enfrentar la ruina en la que decidieron vivir. Examinad vuestro proceder y mirad en vuestro interior que es lo que os aparta del amor, y que es lo que encandila vuestra alma para manteneros rebeldes y con un corazón endurecido a mis llamados misericordiosos de amor.

Rebeldes a recibir la gracia que os santifica y desata las cadenas al que cautivo se encuentra en manos del mal, preferís pasar horas de vuestras vidas frente a una pantalla cuadrada que contamina e infesta vuestras almas y lo aparta de todo lo divino y sagrado; renegando de los sacramentos que instituí en mi Iglesia, aquellos que os vuelven dóciles y receptivos al amor y tienen el poder de transformar a un corazón endurecido por el pecado, devolviéndoles la dignidad de ser hijos del Rey de Reyes.

Cada hijo mío tiene un valor incalculable ante mis ojos, pues
precio de sangre he pagado por cada uno de vosotros, estando en la cruz mi fortaleza eran las almas de Mi Padre que voluntariamente buscarían cobijarse bajo las alas de mi amor; aquel remanente fiel que con humildad lleva encendido en el pecho la luz de mi Espíritu y con oraciones que brotan de corazones agobiados por las injusticias de su prójimo, es capaz de doblar rodilla por aquél que en su desobediencia se aparta de mi camino; es eso lo que conquista el corazón de vuestro Dios, cuando en vuestra pequeñez os dejáis tocar por mi Santo Espíritu para formar parte de mi cuerpo místico, luchando por ser más espirituales y menos de la carne y del mundo.

En la comunión de santos se realiza la acción santificadora de mi espíritu ofrendándome en cada alma de mi cuerpo místico militante, para encender en vosotros el deseo y la búsqueda de la santidad.

Soy el que corta cadenas y vuelvo a dar libertad al que oprimido y engañado, se encadenó a sí mismo y con el peso de sus culpas
e involucró a su descendencia haciendo caer sobre ella el peso de sus propios pecados desarrollados en la inocencia por la heredad.

No te olvidarás de tus seres queridos que ya han partido a la eternidad, harás en la tierra por ellos; lo que ellos te devolverán en el cielo, cuando un gesto recíproco de amor junte mi divinidad con la humanidad de los hombres. Dedicad y vivid como deudos eucaristía por vuestros seres queridos, que ya han partido, que esperan en mi cuerpo místico purgante no quedar en el olvido de los hombres.

Yo Jesús os hablo.

 

Mensaje de Jesús dado a María Rocío.

17/05/19 (Asunción-Paraguay)

 

 

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